SANTIAGO.- Siguiendo la costumbre de proponer diseños con una clara temática, el estadounidense Jeremy Scott hizo lo suyo en el show de Moschino, presentado ayer jueves en la Semana de la Moda de Milán, y esta vez, el protagonista fue el cigarro.
Una cortina de humo envolvía la pasarela, en la que Scott dispuso varios candelabros, sillas antiguas y hasta un piano roto, un escenario muy parecido al imaginario de “El fantasma de la ópera”.
Allí, las modelos mostraron los diseños que incluían poleras y sweaters con el lema “Fashion kills” (la moda mata), aros con forma de cigarro y elegantes vestidos con claros signos de haber salido de un incendio. Uno en particular incluso tenía el efecto de salida de humo desde la profundidad de sus telas, y hasta los sombreros se veían quemados. Y un elemento estrella del desfile fue un majestuoso vestido, cuyo cuerpo superior imitaba un gran candelabro.
No podía faltar la carcasa de celular –que en colecciones anteriores, Scott las ha presentado como un paquete de papas fritas del McDonald’s o como un envase del limpiavidrios Fresh. Esta vez, la figura fue una cajetilla de cigarros, la misma utilizada para crear bolsos de esta propuesta otoño/invierno 2016/17. También se pudo ver carteras que imitaban una gran caja de fósforos.
Casi paralelamente a los diseños más teatrales de la colección, Scott mostró una propuesta rockera, con grandes cadenas y botas y en algunas prendas, para que quedara clara la actitud, se escribió “warrior” (guerrera).