PARÍS.- La diseñadora británica Stella McCartney recuperó hoy en el Palais Garnier lo mejor de su marca en una colección que mezcló comodidad y sensualidad, lujo y guiños irónicos en un divertido estampado de cisne que se convirtió en el símbolo del desfile.
Rodeada de amigos y familiares, como su padre, el cantante Paul McCartney, la modista se alzó como embajadora del estilo "easy-wear", pero extremadamente femenino y original. "Teníamos elementos que habían estado presentes en varias de nuestras colecciones. Queríamos recuperarlas, renovarlas y ponerlas todas juntas en un desfile", explicó McCartney.
"Hay muchas mujeres diferentes que visten Stella McCartney, tías, madres, hijas. Hacemos tal variedad de prendas, en colección de niños, de noche o línea deportiva, que tocamos a la mayor parte de las mujeres", dijo la diseñadora.
Por su parte, el padre de la diseñadora y ex beatle, aplaudió con entusiasmo el show de su hija y comentó al NYT: “Obviamente, me encantan todos los shows, porque Stella es mi niñita. Pero siento que esta colección fue particularmente ingeniosa y sexy. Y la canción del final era muy buena, ¿no crees?”, comentó el músico a la periodista, guiñándole un ojo. La canción a la que se refería es un éxito de 1974, “Nineteen Hundred and Eighty-Five”, de la época en que McCartney y su entonces esposa y madre de Stella, la fallecida Linda McCartney, tenían la banda Wings.