A sus 33 años, Hidalgo ha publicado dos libros: "Canciones punk para señoritas autodestructivas" y el reciente "Manual para robar en el supermercado".
Sabino Aguad
-En tu primer libro, “Canciones punk para señoritas autodestructivas”, los cuentos hablan del punk, del lado amargo de Valparaíso y la locura del amor adolescente, igual que en esta novela. ¿Por qué?
“Canciones punk fue mucho de vomitar la rabia y un montón de cosas con las que tenía conflicto en términos emocionales y territoriales. El libro salió en un periodo en el que recién había salido de la universidad, estaba trabajando como profe en Valparaíso y sentía que las condiciones de vida en el puerto eran miserables, que el tema de la cultura era miserable. Me parecía que todo era bien pobre y terminé súper deprimido después. En esta novela, si bien los temas se mantienen, porque todavía me interesan y quería trabajarlos, es con un espíritu más optimista porque quería divertirme escribiéndola. Ahora, Manual también es la continuación de un proyecto, uno en el que la cultura pop es clave, esa cultura que viene de un estrato social determinado, y por eso están los cerros, los perros, la hediondez, la cochinada, y también las bandas de rock alternativo de los noventa, el Discovery Channel, MTV y un montón de cosas que a nosotros nos formaron”.
-Es como leer un libro de Nick Hornby.
“La novela tiene una estructura que es como de una comedia indie norteamericana. Para escribirlo de esa manera fui a la base: me vi todas las películas de Woody Allen, hice una maratón en mi casa. Ahí me di cuenta de que Annie Hall es el modelo de ese formato, el que se sigue repitiendo en películas como Alta Fidelidad, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos o 500 días con ella. Ahora, creo que el protagonista del libro, Manuel, es un Woody Allen muy juvenil, uno que tampoco vimos mucho en el cine, pero de ahí viene el humor del libro, un humor más bien odioso”.
-“Manual para robar en el supermercado” retrata ese paso de la adolescencia colegial a una juventud más libre, enmarcada en la universidad, ¿te da nostalgia ese periodo de tu vida?
“Me agrada mucho que varios que han leído el libro me pregunten si es autobiográfico. De hecho, ni me preguntan, lo dan por hecho. Creo que eso pasa porque en el anterior los personajes eran más caricaturescos, grotescos, y en este caso hay mucha carne y sustento. Pero también es cobrar cuentas con un periodo de mi vida. Aunque siento que Manuel no es tan parecido a mí y que me inspiré más en amigos para llevarlo a cabo, tenemos una forma de pensar parecida. Es, de alguna forma, un periodo de mi vida que necesitaba cerrar y lo hice de manera literaria.
-Manuel es fanático de la música y bandas como Weezer, Nirvana, Smashing Pumpkins y Pixies son sólo algunas de las que constantemente menciona. ¿Es tan importante la música para ti como para él?
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