El arte ha rescatado la historia que relata que María Magdalena fue la primera persona en ver resucitado a Jesús.
JERUSALÉN.- Recientes hallazgos localizados en Magdala (un yacimiento en el norte de Israel), sugieren que María Magdalena (cuyo nombre hace referencia a su lugar de origen), pudo proceder de una familia adinerada de la zona, según responsables del proyecto. "La arqueología encontrada hasta ahora en Magdala revela un pueblo de alto nivel socioeconómico y cultural. Por ejemplo, la sinagoga es la única de ese tiempo en Israel que tiene frescos, mosaicos y cuyo altar es muy elaborado", explicó el director del proyecto, el padre Juan Solana.
Solana, fraile de los Legionarios de Cristo y alma mater del proyecto arqueológico, cultural y espiritual precisó que "otras construcciones desenterradas en el lugar, así como la zona comercial encontrada hasta ahora, revela un buen nivel adquisitivo". Y toma en cuenta los relatos del cronista judeoromano Flavio Josefo, quien escribió que el pescado de Magdala se vendía en el mercado de la ciudad de Roma.
En una reciente visita a Magdala, la investigadora Tina Wray, de la Universidad Salve Regina en Rhode Island (EE.UU.), comentó que los descubrimientos arqueológicos en ese yacimiento podrían confirmar su teoría de que María Magdalena viene de una familia acomodada.
Hasta la fecha los estudios que se habían realizado sobre Magdala apuntaban a que se trató de una próspera ciudad judía, cuyos vecinos eran adinerados y gozaban de poder en el entorno de Galilea hasta la fundación de Tiberíades en el año 19 de nuestra era. Y el complejo arqueológico que posiblemente confirma las declaraciones de la experta consisten en dos mansiones, cada una de las cuales alberga dos baños de purificación ritual.
Su construcción a base de piedra de basalto notablemente elaborada llevó a Wray a asegurar que su elaboración fue un trabajo costoso y de excelente calidad.
María Magdalena, la apóstol de los apóstoles
María, a la que llamaban Magdalena, "de la que habían salido siete demonios", es descrita como una mujer de edad avanzada y probablemente una viuda de clase alta, sostuvo Wray, agregando el concepto bíblico de que ella, junto con otras mujeres, apoyaba económicamente a Jesús y sus seguidores durante su ministerio público y siguió a Jesús hasta su crucifixión y se convierte en testigo de su resurrección (Juan 19:25 y Juan 20:1-18).
"Los descubrimientos arqueológicos en Magdala confirman algunas de las descripciones sobre la vida de María Magdalena. Nos permiten entender la cultura e historia durante el primer siglo. María Magdalena fue una mujer extraordinaria, tanto, que 2.000 años después de su muerte se sigue hablando de ella" apuntó Wray durante su visita al sitio, según un comunicado del Centro Magdala.
Otro elemento que apunta al alto nivel socioeconómico de sus pobladores, según el padre Solana, es el elevado número de monedas encontradas hasta ahora: unas 3.500. "Ciertamente, la ciudad en su conjunto demuestra, por lo encontrado hasta ahora, un elevado nivel social, económico y cultural", concluyó.
Las historias que rodean a la figura de María Magdalena, declarada santa por la iglesia católica, la relacionan con ser una de las mujeres más cercanas al grupo de los doce apóstoles, y testigo tanto de la crucifixión como de la resurrección de Jesús, siendo la primera persona en ver tal hecho. Y durante décadas se ha tratado de quitarle la relación que aparentemente por error, se le había hecho con otras mujeres del Nuevo Testamento.
En el Viernes Santo del año 2007, el padre Raniero Cantalamessa dijo durante su homilía en la Basílica de San Pedro: “Es una lástima que, a causa de la errónea identificación con la mujer pecadora que lava los pies de Jesús (cf. Lc 7, 37), María Magdalena haya acabado por alimentar infinitas leyendas antiguas y modernas y haya entrado en el culto y en el arte casi sólo en calidad de ‘penitente’, más que como la primer testigo de la Resurrección, ‘la apóstol de los apóstoles’, como la define santo Tomás de Aquino”.