SANTIAGO.- Es 21 de noviembre de 2015 en Villarrica. Son las alrededor de las 15:00 horas y más de 800 niños se preparan para cantar con el grupo musical Los Jaivas.
Los violines, guitarras, flautas, acordeón y otros instrumentos están listos para una presentación inolvidable. "Mira niñita", "Todos juntos" y "El himno a la alegría" son algunas de las canciones elegidas para que se encuentren por primera vez los niños de la Fundación Papageno, que han ensayado durante todo el año, con los artistas chilenos. Algo importante estaba pasando.
El grupo musical, a través de la Fundación Cultural Los Jaivas decidieron firmar una alianza para apoyar la iniciativa del austriaco Christian Boesch que consiste en enseñar música en colegios rurales de la región de La Araucanía.
Es por eso que este domingo se lanzó la campaña "Todo Chile se encuentra en la música, todo chile ayuda a los papagenitos", para conseguir colaboración y poder ampliar el número de colegios dentro del proyecto.
"Lo que persigue la campaña es potenciar y ampliar la misión que lleva Christian en la Araucanía, pasar de 50 establecimientos a 300 y luego a todo Chile", dice Gonzalo Morales, Coordinador General de la Fundación Los Jaivas.
En tanto Boesch piensa que "el amor de los chilenos a Los Jaivas va a apoyarme para poder llegar a mi misión, porque es increíble cómo la gente se siente identificada con la música de ellos. Es un regalo que ellos crean en el proyecto".
Además sostiene que "damos voz a los niños que no tienen voz, damos luz a los niños que viven en oscuro. En cada niño se manifiesta una chispa de Dios, cada niño demuestra que tenemos futuro, eso es".
Pero, ¿quién es Christian Boech y por qué creó la Fundación Papageno en la región? ¿Cómo ayuda a los niños? ¿Cómo les enseña? En Emol hacemos un repaso.
"Educar a los niños con música"
"Me siento privilegiado", dice Christián Boesch. Claro y es que el cantante de opera llegó a Chile en 1982 a presentarse en el Teatro Municipal, se enamoró y conoció el sur de Chile. "Mi sueño era terminar mi vida siendo agricultor, cuando vine llamé de inmediato a mi familia y les dije que no tenía claro cuándo iba a dejar de cantar, pero sí tenía claro dónde lo haría".
"Para mí un mundo sin música, no es un paraíso, entonces formé una escuela pequeña con dos profesores que vinieron de Europa. Partí en el colegio Alemán de Villarrica, pero entendí muy luego que en los colegios rurales hace mucha falta la música, no hay nada", asegura.
"Soy un convencido de que hay que educar a los niños con música, no para formar músicos, pero sí porque les produce algo, les ayuda a encontrar un talento", asegura el fundador de Papageno.
Es por eso que asegura haber "cambiado su rumbo para dedicarse a los niños de la Araucanía".
Una fundación, seis proyectos y 50 colegios
La fundación comenzó con un colegio y hoy son 50 divididos en siete proyectos en las zonas de Villarrica , Neltume , Huiscapi , Cunco , Ercilla y Temocuicui y en la zona de Pedregoso.
Entonces, dos profesores van dos veces a la semana a cada colegio para impartir las clases. Estas son obligatorias para los niños entre seis y doce años, ya que no es un taller, sino una asignatura. "Cada niño tiene su instrumento, que no es prestado, es de él. Yo compré 1200 instrumentos", cuenta Boesch.
Los niños que participan de las clases, en su mayoría son mapuches, es por eso que agrega que "intentamos que el segundo profesor también lo sea, porque es más fácil para ellos".
Se eligen colegios que estén relativamente cerca de Villarrica, que es donde se encuentra la fundación, porque ahí se guardan las camionetas en donde se trasladan los profesores. "Hay una lista larga de colegios pidiendo que los incorporemos, pero necesitamos un proyecto antes, o sea alguien que me apoye con un vehículo, con dos profesores, los instrumentos. Si nosotros conseguimos un auspiciador armamos rápidamente algo", confirma.
Formación de una lutería y el primer violín
Papageno cuenta con más de mil instrumentos, cada uno de ellos lo tiene un niño pequeño. "Muchas veces se rompían y es muy caro enviar a Santiago para poder arreglarlo, entonces formamos una lutería con el fin de reparar y crear instrumentos", cuenta Boesch.
Para esto consiguieron que una experta en lutería viniera a Chile a capacitar a un hombre de origen mapuche, para que después él sea el encargado de enseñar a los demás y finalmente puedan convertirse en una fabrica de instrumentos.
Después de tres años de trabajo, hace sólo algunas semanas se construyó el primer violín...
Ex alumnos y academia de profesores
Boesch sostiene que la fundación se comprometió con los alumnos destacados. "Los mejores tienen la posibilidad de estudiar en la universidad pagado por nosotros, así podemos seguir trabajando y finalmente ellos podrían ser profesor de Papageno".
Pero no sólo eso, también cuentan con una academia para formar "profesores que ya son profesores", o sea que tienen una licenciatura en Pedagogía.
"Nosotros también contamos con un diplomado aprobado por el Ministerio de Educación para entregarle herramientas musicales y que ellos puedan utilizarlas en los establecimientos donde trabajan. Aprender a leer música, tienen clases de canto, entre otras cosas".
La idea, según su fundador, es que se complete un circulo, que los que fueron en algún momento alumnos, en unos años más sean los que enseñen a otros niños de Chile...