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Vivienne Westwood, la eterna rebelde de la moda, cumple 75 años

La artífice de la moda punk pasó de ser una ama de casa, a una total trasgresora. Tanto así que en 1992 recibió la Orden del Imperio Británico en una ceremonia a la que asistió sin ropa interior. ¡Conoce aquí más de su vida!

07 de Abril de 2016 | 12:10 | DPA
LONDRES.- Londres celebra este año el movimiento punk, 40 años después de la aparición del primer single de los Sex Pistols, "Anarchy in the UK". Pero mientras los iconos estilísticos de esa corriente llegan a los museos, la artífice de la moda punk se dedica desde hace tiempo a otro tipo de provocaciones. Vivienne Westwood, que el viernes cumple 75 años, se ha manifestado ante la casa de David Cameron contra el controvertido "fracking" y ha posado desnuda para el fotógrafo Juergen Teller.

Hija de una hiladora y de un comerciante del condado inglés de Derbyshire, Vivienne siempre fue un poco excéntrica. Quería ser escritora pero finalmente estudió para ser maestra de primaria y llegó incluso a votar a los conservadores británicos. Con 21 años se casó con Derek Westwood, un auxiliar de vuelo que como ella amaba el Rock 'n' Roll y con el que tuvo su primer hijo. Su vida parecía encarrilada.

Pero tres años después se enamoró perdidamente del estudiante de arte Malcom McLaren (1946-2010), fundador y mánager de los Sex Pistols. Fue él quien la inspiró para que dejase atrás su existencia de ama de casa pequeñoburguesa y diseñase ropa "agitprop". Juntos abrieron en 1970 su primera tienda en King's Road, en Londres, que pronto se convirtió en un referente. El nombre fue cambiando acorde con la moda: "Let it rock", "Too fast to live, too young to die" (Demasiado rápido para vivir, demasiado joven para morir), "SEX", "Seditionaries" y finalmente, "World's End" (El fin del mundo).

Vivienne compaginó la crianza de sus dos hijos -Ben Westwood y Joseph Corré- con el diseño de monturas sadomasoquistas para los Sex Pistols e inspiró la moda punk más que nadie. Tras su separación de McLaren siguió manteniéndose fiel a su creatividad rebelde. Los estrafalarios estampados de cuadros escoceses y los desfigurados elementos de la moda exaltada de los siglos XVIII y XIX se convirtieron en su marca personal: corpiños, cinturas de avispa, polisones para crear voluminosos traseros...

A principios de los años 90, comenzó a funcionar como verdadera mujer de negocios. Al fin y al cabo, era uno de los nombres más importantes del sector y sus desfiles eran de los más esperados de la London Fashion Week.

No puede decirse que la reina de Inglaterra se haya dejado inspirar por el estilo de Westwood, pero sí ha reconocido el valor de sus creaciones. En 1992, la diseñadora entró a formar parte de la Orden del Imperio Británico y estaba claro que un personaje tan provocador no iba a dejar pasar esa oportunidad sin más. Los fotógrafos se entusiasmaron al comprobar, por un golpe de viento, que la diseñadora no llevaba ropa interior bajo la falda. Pero la reina no debió escandalizarse demasiado, ya que 14 años después la convirtió en Dama de la Corona.

Las provocaciones siguen formando parte del repertorio de Vivienne Westwood, pero en la actualidad la diseñadora prefiere mostrar sus convicciones a través de mensajes en T-shirts como "No soy una terrorista, por favor no me arreste" o "Revolución climática".

Su compromiso va desde las protestas contra la extracción de gas mediante la controvertida técnica del "fracking" y el turismo de masas en cruceros hasta el cambio climático, contra el que lucha con pasión desde hace décadas. "Espero que la gente comprenda que el cambio climático está a nuestras puertas y que pronto todos seremos migrantes. Quizás todavía tengamos la posibilidad de frenarlo", dijo al diario británico "The Guardian".

Asegura que una vez al mes visita al fundador de Wikileaks, Julian Assange, que se encuentra refugiado en la embajada ecuatoriana de Londres. "Le acoso con preguntas sobre sus nuevas ideas. Me parece que es genial", aseguró, y el café de la embajada es muy bueno. Por supuesto, una de sus camisetas lleva como eslogan "Soy Julian Assange".

Entre tanto, las riendas de su imperio de moda las ha tomado su marido y durante mucho tiempo compañero creativo, Andreas Kronthaler, 25 años más joven que ella. En marzo presentó su primera colección propia bajo el nombre "Andreas Kronthaler for Vivienne Westwood", aunque algunos, como "The Hollywood Reporter" no se mostraron entusiasmados: "Es lo que necesitaría el Dalai Lama si quisiese ir a bailar a un club". Otros, sin embargo, le felicitaron por su debut en solitario.

Ambos aparecieron de la mano sobre la pasarela para recibir los aplausos del público. Vivienne Westwood lució el cabello blanco, en lugar de su habitual color naranja, pero no abandonó otro de sus signos distintivos: el pintalabios rojo oscuro y la raya de ojos y cejas naranjas. La eterna rebelde.
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