SANTIAGO.- Primero fue Bruce Spingteen, luego Ringo Starr y este viernes, lo anunció Cirque Du Soleil… Nadie quiere presentarse en Carolina del Norte, pese a tener agendados sus shows. Y la razón esgrimida es que no tolerarán ni avalarán la normativa que entró en vigor el 23 de marzo: la ley HB2 (House Bill 2) o “Ley del baño”.
Esta controvertida ley –cuyo nombre oficial es
“Ley de Seguridad y Privacidad en Instalaciones Públicas”- es la que
obliga a hombres y mujeres a ir a los baños públicos que correspondan, según su sexo biológico, es decir, el que aparece en acta de nacimiento, representando un serio dilema para las personas transgénero.
“Lamento decepcionar a mis seguidores en la zona, pero necesitamos tomar partido frente a este odio”,
declaraba Ringo Starr, el miércoles en redes sociales, cuando comunicó que cancelaría su presentación en Cary, Carolina del Norte.
Por su parte, la empresa PayPal, que tenía previsto instalar un centro de operaciones en Charlotte –Carolina del Norte-, abandonó sus planes de expansión por considerar que "la nueva ley perpetúa la discriminación y viola los valores y principios que están en el núcleo de la misión y cultura de” la empresa.
Asimismo, una carta firmada por decenas de actores y empresarios de Hollywood, entre ellos, Anne Hathaway y Julianne Moore, que evitarían utilizar Carolina del Norte como lugar para filmar sus producciones.
Pat McCroy, el hombre tras la ley
Junto con impedir que en los baños públicos y camarines de edificios gubernamentales o escuelas, las personas trans acudan al que les indica su identidad de género, existen otros puntos que han exaltado las críticas en contra de la normativa, como el hecho de que los trabajadores ya no puedan demandar a sus empleadores en cortes estatales, cuando se tratara de un tema de discriminación de todo tipo, sino que solo podrían presentar sus alegatos en una demanda federal, la que, según sus detractores, es un proceso más largo y caro.
Por otro lado,
la ley estatal que comenzó a regir con la firma de su fiel defensor, el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCroy, impide que los gobiernos locales tengas sus propias normas sobre la discriminación sexual, y de este modo, aplastó la iniciativa de zonas como Charlotte, donde se había ampliado un decreto en contra de la discriminación, agregando protecciones a la orientación sexual e identidad de género de las personas, como el que se pudiera ir a baños públicos según el género con el que se identificaban.Una avalancha de críticas de todos los sectores ha llegado hasta Carolina del Norte, por lo que McCroy se vio obligado hace dos días a dar un pequeño paso atrás con su normativa, emitiendo una orden ejecutiva que modificaba algunos puntos de la HB2, entre ellos, que los gobiernos locales puedan establecer sus normativas acerca de la discriminación laboral –incluyendo la discriminación sexual-, que aquellos empleados que quieran demandar a sus empleadores por este tema puedan hacerlo a través de cortes del Estado y que el sector privado puede establecer sus propias políticas en cuando al uso de sus baños.
Con todo, se mantuvo la norma en establecimientos del gobierno y en las escuelas.