La idea del recinto es poder acoger a todos esos clientes y a la vez, que se sientan cómodos.
Reuters
SANTIAGO.- “Tenemos un baño unisex porque a veces, los baños para géneros específicos pone a la gente en situaciones incómodas”, esa fue la razón que dio un restaurante de Georgia para explicarle a sus comensales por qué habían decidido disponer de un espacio sanitario para hombres y mujeres por igual.
Kroger, el restaurante cuyo anuncio se hizo viral a fines de febrero, seguía explicando a quienes quería beneficiar con esta medida: “Tenemos un montón de amigos que vienen a vernos”, como padres con sus pequeñas hijas, mamás con sus hijos, papás con hijos que tienen alguna capacidad distinta, gente de la comunidad LGBT y adultos con padres que tienen una enfermedad física o mental.
La idea del recinto es poder acoger a todos esos clientes y a la vez, que se sientan cómodos, tomando en cuenta que, justo en un Estado vecino a Georgia, Carolina del Norte, aprobaba la polémica ley HB2, que establece entre otras cosas, que la gente transgénero tiene estrictamente prohibido utilizar camarines o baños públicos que no sean del género que aparece en sus actas de nacimiento.
Tal como lo explicamos
en esta nota de Emol, la polémica “Ley de Seguridad y Privacidad en Instalaciones Públicas”, echó por la borda todos los intentos de una ciudad de Carolina del Norte, Charlotte, por ser más inclusiva con las personas trans. De hecho, el mismo cartel que puso Kroger en su baño unisex había sido puesto en Pure Pizza, un recinto de esa ciudad, y cuyos ciudadanos se vieron luego de aprobada la ley HB2, enfrentados a la imposición de tener que hacer las necesidades biológicas y desvestirse en los lugares públicos con el género de nacimiento y no con el que la persona se sienta identificada.
Voyerismo y ¿“sentido común”?
Lugares que se oponen a este tipo de medidas es la Universidad de Toronto, en Canadá, donde se registraron dos casos de “voyerismo”, tal como calificó la casa de estudios al hecho de que dos estudiantes hombres grabaran con sus celulares por arriba de las duchas a dos mujeres que se aseaban. Y si bien la idea del baño y camarín unisex en la universidad fueron cuestionados, Melinda Scott, decana de la institución, dejó muy claro que los baños serían separados en "hombre" y "mujer", “para aquellos que se identifiquen como hombres y aquellas que se identifiquen como mujeres”, manteniendo la identificación de género como prioridad.
En tanto, un parlamentario del Estado de Ohio –el republicano John Becker- pretende presentar un proyecto de ley que prohíba los baños “sin género” en los lugares públicos, siguiendo a su manera, los pasos de la ley HB2 de Carolina del Norte.
“¿Por qué es tan complicado de entender?”, se preguntó Becker. “Si tienes genitales masculinos, vas al baño de hombres. Si tienes genitales femeninos, vas al baño de mujeres. Es una lástima que se necesite una legislación para hacer cumplir el sentido común, pero así está el mundo en el que vivimos”.
¿Qué te parece la idea de contar con baños unisex? ¿Has tenido algún problema en alguno de ellos? ¿Estás de acuerdo con que una persona que se identifica como mujer deba ir a un espacio sanitario masculino?