SANTIAGO.- Matthieu Ricard es monje budista, tiene 70 años y es la persona de confianza del Dalai Lama. Gracias a su inusual y extraordinaria actividad cerebral, es considerado la persona más feliz del mundo. Todo gracias a la meditación, según dice.
Se podría decir que Ricard nació y creció bajo los estímulos intelectuales de la élite francesa. Hijo de un renombrado filósofo ateo y de una elogiada pintora, viajo a la India por primera vez a los 21 años, motivado por la lectura de grandes obras del budismo.
Matthieu Ricard:
"Felicidad es una forma de interpretar el mundo. Dado que es difícil cambiarlo, siempre es posible cambiar el cómo lo miramos"
Biólogo molecular de profesión, Ricard decidió abandonar su carrera científica y concentrarse en la práctica del budismo tibetano, además de volverse un hombre reconocido por su labor humanitaria y por sus publicaciones, que han dado la vuelta al mundo.
En un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se midió el nivel de actividad de la corteza cerebral del monje, a través de resonancias magnéticas, colocando 256 electrodos en su cráneo, para determinar sus niveles de frustración, estrés, enojo, felicidad y satisfacción, entre otras decenas de sensaciones posibles.
Durante el experimento, Matthieu Ricard registró el más alto nivel de actividad en la corteza cerebral pre-frontal izquierda, que se asocia a las emociones positivas, a un nivel completamente por fuera de la escala normal, nunca registrado en algún otro ser humano, coronándose como “el hombre más feliz de la Tierra.”
Hasta ahora, el estudio llamado “La plasticidad de la mente”, encabezado por el profesor estadounidense Richard J. Davidson, es el quinto más consultado en la historia por la comunidad científica internacional.
Matthiew Ricard:
"La felicidad no es sólo una sensación agradable o una buena emoción o un humor; ser feliz es un estado óptimo de existir"
En este caso, el concepto de plasticidad se utiliza para decir que el sentimiento de felicidad es algo que se puede entrenar, aprender, estudiar y desarrollar, para así alcanzarlo sin ningún tipo de trabas, condiciones o inseguridades.
Según ha explicado Ricard a lo largo de su historia como budista, fue el propio Dalai Lama quien lo incitó a colaborar con los estudios del cerebro que diversas universidades estadounidenses realizaban, ya que él mismo había colaborado durante años con científicos occidentales.
Lo relevante, es que estas minuciosas investigaciones, demuestran que los monjes budistas son quienes registran los más altos índices de “felicidad”, debido a su capacidad de aislar la mente, bloquear sentimientos negativos como la rabia, el odio o la ambición, a través de la práctica constante de la meditación.