MADRID.- ¿Cuál es el papel de los alimentos para la cultura de un pueblo? ¿Qué significa que un cereal tan localizado en su origen, como la quinoa, se ponga de moda a nivel mundial? De esto, del rol de la mujer en los cultivos de las tierras y hasta de una “Dieta pacífica”, conversó la
antropóloga chilena Sonia Montecino, demostrando cómo la comida y su historia son indiscutiblemente identidad de los pueblos.
"(Lo de la quinoa) es la paradoja entre la globalización y lo particular que son los lugares donde se ha desarrollado", dijo Montecino en una entrevista. "(Y) se puede hacer una analogía con lo que ocurrió en la colonización", explicó, ya que actualmente, se extraen semillas y las plantan en otras partes del mundo para un consumo más amplio, ignorando la llamada "patrimonialización de los alimentos", como las denominaciones de origen.
Para Sonia Montecino, experta en antropología de la alimentación, la gastronomía juega "un papel fundamental en la identidad de los pueblos, ya que cocina y cultura van de la mano". "Somos lo que comemos", concluyó, destacando el mestizaje que se dio en la cocina chilena entre la tradición prehispánica, con alimentos como la humita, y la cocina española después de la colonización, que dieron como resultado los "platos de olla", una "síntesis del mestizaje".
Por ejemplo, las cazuelas son un caldo que mezcla las carnes que trajeron los españoles como el vacuno y el cordero, con las papas, los zapallos o el choclo que había en América. "Hay un encuentro que se produce en la olla y se da en todas las regiones de Chile, pero éstas (las regiones) van a tener una diversidad y una manera de entender sus cazuelas".
Mujeres, las curadoras de semillas
La antropóloga es autora del libro "La Olla deleitosa: cocinas mestizas de Chile", que fue galardonada con Word Cook Award, como mejor libro de Historia de la Cocina Latinoamericana en castellano en 2005. Y debido a sus años estudiando el tema, hoy alerta del drama que supone la desaparición de ciertos cultivos tradicionales, aunque reconoce el papel de las autoridades a la hora de crear bancos de semillas, junto a los movimientos campesinos indígenas, sobre todo en el mundo mapuche y aymara que luchan por mantener sus cultivos.
Asimismo, esta antropóloga, que ha realizado numerosas investigaciones sobre las identidades culturales y de género, destacó el papel de las mujeres a la hora de mantener los cultivos tradiciones, a las que califica como "las curadoras de semillas", ya que como responsables de las huertas "tienen una conciencia mucho más fuerte que el resto de lo que significa mantener esas semillas".
Montecino trabaja actualmente junto al español Jesús Contreras en la llamada "Dieta pacífica", una cocina de encuentro entre mar y tierra, entre la costa del Pacífico y la cordillera chilena.
Según afirmó, lo que más le interesa de esta dieta es "el equilibrio cultural, un abrazo que construye comunidad", ya que por la forma en que se cocina –con grandes hornos de barro- requiere mucho trabajo y entrega.