MADRID.- El Toro de la Vega, un sangriento espectáculo español en el que un astado muere alanceado tras ser perseguido por decenas de personas en medio del campo, no podrá celebrarse ya de esa forma, con la muerte del animal.
El Gobierno de Castilla y León, la región de España en la que se encuentra Tordesillas, la localidad en la que se celebra anualmente la polémica fiesta, prohibió hoy por decreto y con ese objetivo la muerte de animales en espectáculos taurinos populares.
Hay que adaptar la tradición "a la cultura y sensibilidad del siglo XXI", señaló el Ejecutivo castellano-leonés. Tras la decisión está la presión de las asociaciones de defensa de los derechos de los animales, que fue incrementándose en los últimos años.
El ayuntamiento de Tordesillas, en la provincia de Valladolid, tendrá ahora que definir cómo se celebra el festejo sin que el animal sea alanceado hasta la muerte.
El Toro de la Vega, que tiene su origen en la Edad Media, es motivo de polémica cada año, con protestas de colectivos animalistas y hasta enfrentamientos in situ entre defensores y detractores.
El astado es soltado en las calles del casco urbano de Tordesillas y desde allí es conducido por corredores a campo abierto, donde es perseguido por personas a pie y a caballo, con lanzas de unos tres metros que clavan en él cuando tienen ocasión. Está catalogado como "torneo" y el ganador es el que da el lanzazo definitivo al toro.
Miles de personas se manifestaron en septiembre en Madrid contra su celebración. Además, el partido animalistas PACMA recogió más de 120.000 firmas contra el festejo, que entregó al alcalde de Tordesillas, del Partido Socialista (PSOE).
Pedro Sánchez, líder de esa formación y candidato a presidente del Gobierno en los comicios del 26 de junio, anunció ya hace tiempo su intención de prohibir el espectáculo si llega a la jefatura del Ejecutivo.