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Mira lo bueno y lo malo del "boom" turístico que sacude a la tradicional Lisboa

Mientras esta zona europea se adapta a los requerimientos turísticos, haciendo la ciudad más amigable con el visitante, sus habitantes ven cómo desaparecen sus vidas de barrio.

09 de Junio de 2016 | 10:33 | EFE
LISBOA.- Calles levantadas, edificios antiguos rehabilitados, decenas de nuevos hoteles de cuatro y cinco estrellas. Miles de turistas por las estrechas calles, "tuk-tuks" (triciclos motorizados o velotaxis) que circulan por las empinadas cuestas, tranvías atestados de extranjeros y viejas tascas reconvertidas en locales "gourmet".

Éste es el panorama que presenta hoy el centro de Lisboa, una ciudad frecuentemente apodada de decadente y tradicional, muy pegada a sus raíces, con un carácter profundamente ligado a los barrios y cuya fisonomía está cambiando de forma visible debido a su condición de destino turístico de moda.

Los edificios derruidos y en mal estado -frecuentes en pleno casco histórico- son cada vez menos gracias a la rehabilitación, y el turismo se ha convertido en una actividad económica clave para la ciudad. Sin embargo, un creciente número de voces alertan de las consecuencias de este fenómeno y reclaman poner límites para que la capital lusa no pierda su esencia.

La cifra de cuatro millones de visitantes extranjeros en 2015, un nuevo récord -y subiendo-, contrasta con el poco más de medio millón de vecinos que tiene Lisboa como tal, número que sube a millón y medio si se incluye el área metropolitana.

Esta tendencia ha supuesto también una revolución en el mundo inmobiliario, que vive un "boom" prácticamente inaudito, en contraste con el letargo de la construcción en los años de crisis.

Una muestra de esto es que solo en "AirBnb" –app para alquileres turísticos en casas particulares y a precios moderados- el número de alojamientos disponibles en Lisboa se triplicó en apenas dos años, de 10.000 a los más de 33.000 actuales. Y mientras que capitales como Barcelona o Berlín han apostado por restringir este tipo de plataformas, la capital lusa ofrece hoy por hoy una legislación benevolente con ellas.

Una no tan buena noticia: Más de 600 mil pesos chilenos el arriendo de un departamento de una pieza


Al calor de la explosión de lisboetas que ofrecen alojamiento en sus propios departamentos a través de estas webs, los precios han tendido a subir de forma exponencial y las inmobiliarias ya estiman un aumento del alquiler de entre el 30 y el 40% solo desde 2014.

El propio municipio de Lisboa calcula que un departamento de una habitación por el centro ronda ahora los 800 euros ($609.460 al día de hoy), un valor que prácticamente coincide con el salario neto medio de Portugal.

Esta presión alcista de precios ha agravado la fuga de vecinos del casco histórico, totalmente volcado en atender a los turistas, mientras las cordonerías, los bares clásicos y las carnicerías de barrio han dejado sitio a las tiendas de conveniencia: los "gastrobares" (bar-restaurantes) y comercios de las grandes marcas de ropa a nivel mundial.

"Estamos convirtiendo Lisboa en un parque temático, una especie de Disneyworld", alerta el investigador urbano Luís Mendes, docente en el Instituto de Geografía y Regulación del Territorio de la Universidad de Lisboa. Y agrega que esta "turistificación" de la ciudad "está acelerando un proceso de expulsión de antiguos moradores de los barrios históricos para zonas más periféricas".

En su opinión, una ley de rentas antiguas que permite a los propietarios cancelar el contrato con el inquilino con relativa facilidad y una normativa sobre alojamientos turísticos informales demasiado laxa son dos factores clave en este proceso.

"La mayor parte de los desalojos no son directos, pero sí indirectos, ya que a medida que la zona se revaloriza, desaparecen las tiendas de barrio. Y así queda una población pobre, con poca movilidad, sin servicios cerca y cuya red social de amigos estaba en el barrio y ya se han ido", lamenta.
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