Para Disfrutar: 5 tentaciones imperdibles para este frío invierno

Este restaurante no pretende ser nada más que lo que es, un sencillo lugar donde se pueden encontrar platos españoles de calidad sin pretensiones, solo sabor. A lo largo del tiempo Carrer Nou ha ganado el premio Wikén como mejor restaurante precio-calidad y dos veces ha sido calificado con la máxima puntuación: siete tenedores. En su carta nueva todavía se pueden encontrar aquellos platos irremplazables que se piden una y otra vez como los Olot que son pimientos del piquillo rellenos de sobrasada a la miel sobre tostadas gratinadas con roquefort, simplemente irresistibles. Pero dentro de los platos nuevos destaca su suave pulpo con alioli a la miel y papas crujientes.

En Quitral tienen un amplio restaurante con decoración moderna y una carta con sabores chilenos que le dan hambre a cualquiera. Cuando recién abrieron debutaron con un plato que hasta el día de hoy no han podido sacar, es un asado de tira braseado por ocho horas, cubierto de pastelera de choclo a la albahaca, huevo de codorniz y aceitunas, la carne es tan blanda que no necesita cuchillo y la pastelera es simplemente perfecta. En su nueva carta incorporaron una novedosa entrada que también es para los días invernales, se trata de una palta con un toque en la parrilla, cubierta de camarones y salsa de mariscos, acompañado de pequeñas sopaipillas, no se asuste por la palta caliente, es una novedosa forma de comerla y más aún si es con sopaipillas.

Bernard Leroy-Pawloff, el mismo chef creador de la panadería del mismo nombre, abrió el año pasado un restaurante dedicado a la comida francesa en el Barrio Bellas Artes: Le Petit Bernard. De día funciona como la cafetería Café de La Barra y de noche se transforma en un bistró. Tiene una carta precisa con platos que van cambiando dependiendo de los productos disponible en la temporada, pero su bouef bourguinon no falla para los días fríos. Este es un estofado francés de carne al vino tinto, donde Bernard deja su carne marinar por días para que la carne tenga más sabor y su color se intensifique. Este lugar es sin duda, un buen exponente de la gastronomía francesa.

Axel Maríquez ha sido premiado varias veces como el mejor chef de cocina chilena en el restaurante Bristol del Hotel San Francisco. Y cómo no si en este lugar se pueden encontrar productos y sabores desde el norte hasta el sur de Chile. La idea del chef es cocinar aquellos platos que antes se preparaban con frecuencia en las casas chilenas, como la sopa de ajiaco o el chuletón de chancho y que con el tiempo se han ido quedando en el camino. En su nueva carta que recién lleva una semana, tiene un plato especialmente sabroso que es el estofado de jabalí cocinado en jugo de su cocción, acompañado de milhojas de papas a la vainilla y puré de manzana-limón asado. Todos los sabores combinan a la perfección y hay que destacar lo suave que les queda una carne tan difícil de trabajar como la de jabalí.

Etniko se ha mantenido estoicamente abierto durante 18 años. Puede que sea tanto tiempo que algunos incluso pudieron haber llegado a dudar si es que seguía funcionando. La respuesta es sí y harto bien. Comandado por el chef y dueño Olivier Jeannot y su hermano, este lugar da vida a una mezcla entre bar y restaurante que toma los sabores de oriente y con una familiaridad innata, los plasma en sus platos. Destaca de su carta el risotto de camarones salteados con lemon grass, perejil y pasta de curry panang, muy sabroso y con un delicado toque de especias. O también su tártaro de salmón, mango y wantán que no dan ganas de compartirlo. La carta bajo la manga de Etniko son sus rolls, se va a la segura con ellos.