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"La verdad es que a mí no me interesa nada lo que tú haces", fue la frase con la que inició la conversación una persona con la que compartía un café la semana pasada. Lo miré, y mi mirada debe haber sido muy profunda y sorprendente, ya que al instante él replicó: "Quizás suene mal, quizás lo dije mal... Pero, en realidad no lo dije mal, es justamente lo que quiero decir. No me interesa lo que tú haces públicamente, tu historia, tu libro, tus entrevistas. Lo admiro, lo respeto, pero tú eres mucho más que eso. Ésa es solo una dimensión tuya".
Mis ojos se abrían más y más con cada palabra que escuchaba. Guardé silencio y escuché atentamente todo lo que dijo. Me divertía ver cómo buscaba corregir lo que no necesitaba corrección, ya que su frase fue tan genuina y honesta, que no necesitaba explicación.
Cuando terminó de hablar, lo miré y le dije: "Entonces, ¿qué es lo que te interesa conocer?". Él me contestó: "Todo, quiero conocer todo".
No sé si vuelva a ver a esa persona, si forme parte de mis días o si la vida lo vuelva a poner en mi camino. Pero le doy gracias por mirarme y no solo verme, por darse cuenta que soy muchísimo más que esa historia que amo y llevo con orgullo en mi corazón. Que soy muchísimo más que mis charlas, libros, columnas y entrevistas, pero sobre todo, que soy muchísimo más que una historia y diagnóstico que le ganó a una enfermedad.
Dedico todos mis días, mis horas y energías, a mostrar la realidad que hay detrás de estas enfermedades, pero por sobre todo a mostrar que todos los que sufrimos alguna vez de anorexia como también los que hoy dan la pelea día a día, somos muchísimo más que un diagnóstico.
Muchos años sentí que esta enfermedad me robaba mi identidad, se quedó con mi nombre, apellido y Rut sin que yo si quiera lo autorizara. Pero cuando me di cuenta que yo no era la anorexia, que era muchísimo más que esas 8 letras que me habían acompañado durante tantos años, mi nombre se volvió a escuchar, mi vida volvió a estar viva, mi debilidad se volvió mi mayor fortaleza.
A ustedes que están día a día luchando por ganarle a esta enfermedad, hoy les escribo, miro y hablo. No se sientan débiles, porque ahí donde ustedes creen que está su debilidad, es donde nace y renace su mayor fortaleza. Porque cada vez que ustedes crean que pasó otro día en que esa voz fantasmal y a ratos infernal les ha ganado la batalla, es todo lo contrario: los únicos que ganaron fueron ustedes. Porque solo cuando se conoce el dolor, se puede conocer realmente lo que es la satisfacción.
Cada día que luchan es un día ganado, no importa cuántas veces lo intenten, no importa cuántas veces se equivoquen, si no se conoce el error difícilmente se puede acertar con la solución. No vivan sus días pensando que son solo esta enfermedad, porque son muchísimo más que un diagnóstico. Son un mundo lleno de infinitos mundos, no apaguen la luz de esos otros mundos que tienen tanto por mostrar y brillar. No hagan esta enfermedad más grande y protagonista de lo que ya lo es. Ustedes son los únicos que escriben su historia, esta enfermedad es solo parte de un párrafo que aún está solo en el prólogo, tienen un libro entero por escribir aún y el punto final solo lo ponen ustedes. No se definan desde ahí ni por ahí, no dejen que nadie les robe sus derechos de autor.
Sabemos que esta enfermedad puede ser el mejor ladrón, pero también se de la fuerza, coraje, valentía y resiliencia que hay en su corazón. Porque yo también la vi en mi cuando elegí vivir, cuando me di cuenta de la fe que Dios tenía en mí, ya que no te hace pelear batallas más grandes de las que uno puede soportar. Esta enfermedad es solo un soldado más, en cambio ustedes son Aquiles, el mejor guerrero y luchador. Esta enfermedad es solo su talón.
Con cariño,
Denisse Fuentes Estrada, Fundadora & Directora Fundación "Pesa Tu Vida" (www.pesatuvida.cl; Facebook: Pesa Tu Vida; Twitter: @PesaTuVida/@D_FUENTESE; Instagram: Pesa Tu Vida/Denisse.fuentes.e); autora de "La Dieta de la Muerte"; Joven Líder 2015; Diplomada Internacional en Coaching Neurolingüístico.