El pie de limón, por ejemplo, es una buena alternativa para el café. Combina muy bien con cafés espressos de carácter suave, con notas cítricas y acidez alta.
Es el perfecto aliado del café, sobre todo si es amargo o con frutos secos. En este caso, el café recomendado sería un espresso o ristretto intensos, aromáticos y de acidez media o baja.
Un trozo de queso maduro y salino, de pasta dura como un Grana Padano, también es una buena alternativa para acompañar una taza de café. En este caso, se recomienda un café espresso, intenso, especiado y con una leve nota mineral, como lo son los cafés de origen de la India.
Aunque de primera impresión pueda parecer extraño, las costillas barbecue o las carnes de cerdo agridulce son una gran opción para una taza de café espresso equilibrado, con notas tostadas y caramelo, que combinan perfectamente bien.
Hay quienes simplemente prefieren acompañar el café con un poco de leche. La hora en que se consume puede ser un factor determinante para una mejor elección. Así, es preferible un lungo o espresso por las mañanas, para despertar; mientras que durante la tarde o en la noche, se recomienda espressos intensos.