SANTIAGO.- Se acerca el Día del Niño y muchos padres caen en la vorágine de comprar decenas de regalos para celebrar a sus hijos, convencidos de que eso los hará más felices. Pero, ¿es realmente así? ¿Un juguete, el último artículo tecnológico, provoca más felicidad en los más pequeños?
Quizás la respuesta sea afirmativa, pero ¿cuánto tiempo les durará esa felicidad? ¿Toda la vida? Sin duda no, ya que aquello que hace que los niños sean felices, no necesariamente es algo físico o tangible, sino que va mucho más allá.
Sobre la base de su experiencia personal y de lo que señalan diversos estudios, Andrea Aguirre, psiquiatra infanto-juvenil de Clínica Universidad de los Andes, hizo una lista con 10 consejos para criar niños felices, que luego se transformen en adultos felices. ¡Aquí la compartimos, esperamos que te sirva!
1.- Conoce a tus hijos
No hay dos niños iguales, como tampoco hay dos personas iguales. Los padres deben escuchar a sus hijos y dedicarles tiempo, para conocerlos, saber qué piensan, qué les gusta, qué les preocupa, qué les conmueve y qué les motiva.
Conocerlos también implica respetarlos en sus preferencias y opiniones, y no pretender transformarlos y hacer de ellos niños distintos. Un ejemplo: no obligues a tu hijo a ir a clases de fútbol si lo que él quiere es participar de un taller de origami.
2.- Ríe más
Procura que tus hijos crezcan en un ambiente de alegría y bienestar, con padres que les sonríen, bromean con ellos y les muestran con el ejemplo que es posible disfrutar de las cosas simples. Los niños educados en entornos positivos son más seguros, más optimistas, creen más en sí mismos y tienen un mejor control de sus emociones.
Los padres que andan malhumorados, irritables y vuelcan esos sentimientos en sus hijos, harán que ellos sean más huraños y pesimistas, y estén más predispuestos a ser adultos agresivos.
3.- Refuerza su autoestima
No compares a tus hijos con sus hermanos ni con otros niños, sino solo con ellos mismos. Tampoco los etiquetes: si les dices que son malos, desobedientes o llorones, estarás generando una predisposición a moldear su actitud para encajar en este perfil.
Manifestar sentimientos de amor, ternura y cariño hacia tus hijos, celebrar cuando hacen algo bien, y ayudarlos y acompañarlos cuando no logran sus metas, hará que se sientan más seguros de sí mismos.
4.- Prioriza la vida familiar
Evita que cada miembro de la familia se aísle en su habitación o detrás de una pantalla de televisión o computador. Procura generar una rutina en la que al menos una comida al día se comparta en familia, y organiza panoramas que impliquen compartir y divertirse juntos. No es necesario contar con un gran presupuesto para ir a una plaza, hacer un picnic, salir a andar en bicicleta o cocinar juntos en casa.
5.- No compenses con regalos
Muchos padres se sienten culpables por no pasar más tiempo con sus hijos, y luego tratan de demostrarles cuánto los quieren comprando regalos o consintiendo sus caprichos. Esta forma de actuar es perjudicial para los niños y les transmite mensajes que son nocivos para su formación.
6.- Establece límites claros
Desde muy pequeños los niños deben saber que en la casa y fuera de ella, existen unos límites que deben respetar. Esto les dará seguridad, ya que les permitirá saber a qué atenerse en cada circunstancia.
Es fundamental que exista acuerdo y consistencia entre los distintos cuidadores del niño. Los padres y los otros adultos que compartan con los niños, incluidos los profesores, deben transmitir las mismas pautas educativas: delimitar qué se va a permitir, qué horarios establecer, qué prohibir y qué negociar.
7.- Ayúdalos a reconocer sus emociones
Ayudar a los niños a reconocer sus emociones es el primer paso para que aprendan a manejarlas de forma correcta. Puedes partir hablándoles de tus propias emociones y explicarles que estás contento o triste por algo que te ocurrió en el trabajo, y describirles lo que sientes en esos momentos.
8.- Fomenta su autonomía
Incentívalos a que actúen y piensen por su cuenta, que expresen deseos y se comuniquen con los demás. Anímalos a asumir retos según sus capacidades, y evita las expresiones despectivas o descalificaciones que lo desmotiven. Por ejemplo, si tu hijo hace por primera vez su cama, felicítalo aunque no le haya quedado del todo bien. Si destacas lo que hizo mal, no volverá a intentarlo.
Observa cuáles son sus cualidades y talentos, y genera ambientes para que los desarrolle.
Los niños se sienten más satisfechos si consiguen sus objetivos por sus propios méritos. Debes animarlos en este sentido.
9.- Enséñales a ser solidarios
Los niños amables, que dan las gracias y están atentos a ayudar al que lo necesita, experimentan más satisfacción y energía, son más cariñosos y agradables, y gozan de una mayor aceptación social.
Esto se puede favorecer fomentando amistades, juegos y actividades que impliquen compartir y ser solidarios, pero es indudable que lo fundamental será el ejemplo de los propios padres.
10.- Cuídate y cuídalos
Cuida tu salud y la de tus hijos. Para lograrlo, mantén una alimentación saludable y nutritiva, hace actividad física y vida al aire libre, preocúpate de tu presentación personal, y pon atención para detectar y tratar a tiempo cualquier enfermedad que puedas presentar, no sólo en el ámbito físico, sino que también en el mental.
Recuerda también que a nadie le enseñan a ser padre o madre, por lo que no es señal de debilidad si te reconoces sobrepasado con la crianza y pides ayuda. 
