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¿Son necesarios los salvavidas en la competencia olímpica de natación?

Un popular gif dio vuelta las redes sociales, burlándose del poco trabajo que tendrían los rescatistas en la piscina olímpica, presentes ahí en caso de que alguien como Michael Phelps, ganador de 18 medallas, esté en problemas.

09 de Agosto de 2016 | 15:09 | Por John Branch, NYT

RÍO DE JANEIRO.- En la piscina olímpica, los mejores nadadores del mundo nunca están a más de unas cuantas brazadas de la orilla y siempre tienen a la mano el carril flotante. Varios entrenadores y asistentes los observan constantemente.

¿Quiénes más los observan? Los salvavidas. La piscina olímpica tiene salvavidas en caso de que alguien como Michael Phelps, ganador de 18 medallas, se esté ahogando.

"Sueño con esa posibilidad”, dijo con una sonrisa Anderson Fertes, un salvavidas de 39 años, del club de salud de Río, antes de comenzar su turno en la piscina del Estadio Olímpico Acuático. “Sí, lo pienso”. “(Aunque) la probabilidad es de una en un millón, pero estamos preparados”.

Los salvavidas en los juegos de Río tienen quizá la mejor vista del lugar, pues son de las pocas personas que tienen permitido estar alrededor de la piscina. Pero quizá no se sienten muy útiles.

Durante un entrenamiento esta semana, Phelps cruzaba la piscina, brazada tras brazada, vuelta tras vuelta, preparándose para la competencia que comenzó el sábado. El recinto estaba casi vacío, solo unos cuantos entrenadores, voluntarios y guardias de seguridad. También había dos hombres con shorts rojos, silbatos alrededor del cuello y flotadores bajo el brazo, que observaban intensamente desde ambos lados de la piscina.

Nunca utilizaron sus silbatos. Nunca tuvieron que gritarles a los atletas para que no corrieran en el piso alrededor de la piscina. Nunca se movieron para ponerse en acción, ni siquiera sintieron que sus corazones latieran un poco más rápido ante la posibilidad repentina y momentánea de que alguien necesitara ayuda. “No creo que nos necesiten, pero estaremos observando solo por si acaso”, comentó Fertes.

Son más o menos 75 -15 son mujeres- y han sido contratados para trabajar en los recintos olímpicos y en los centros de entrenamiento de natación, clavados, nado sincronizado, waterpolo y canotaje de eslalon. (Vigilar competencias en aguas abiertas como el triatlón, maratón de nado y vela es un asunto aparte).

Anderson Fertes, salvavidas de Río 2016:
“No creo que nos necesiten, pero estaremos observando solo por si acaso”


Un salvavidas puede ser útil en algunos eventos. El waterpolo puede llegar a ser muy rudo. El nado sincronizado es una sorprendente fuente de contusiones. Los clavadistas tienen el riesgo de lastimarse al golpear el agua. Sin embargo, en la piscina, con tres metros de profundidad, en competencias como la de 50 metros libres y el nado de pecho, ¿necesitan un salvavidas o dos?

“Sí, es necesario”, aseguró Danielle Martelote, de 25 años, la supervisora de los salvavidas en el Estadio Olímpico Acuático, y mencionó las posibilidades de que se presenten calambres, ataques cardiacos y golpes de cabeza contra la pared. “Esperamos que no necesiten nuestra participación”.

Necesarios por ley


Ciertamente, ningún nadador ha muerto en los Juegos Olímpicos, pero no queda claro si un competidor alguna vez ha necesitado a un salvavidas. De cualquier modo, los salvavidas son una aparición común en certámenes mundiales de natación.

La Federación Internacional de Natación (FINA, por su sigla en francés), el organismo regulador de este deporte a nivel internacional, no requiere explícitamente salvavidas en los juegos olímpicos. Las normas de la FINA establecidas en las “Reglas para los recintos” para juegos olímpicos y campeonatos mundiales dicen: “Para proteger la salud y seguridad de las personas que utilizan los recintos de natación con fines recreativos, de entrenamiento y competencia, los dueños de las piscinas públicas o piscinas con uso restringido para entrenamiento y competencia deben cumplir con los requerimientos establecidos por la ley y las autoridades de salud del país donde se encuentra la piscina”. Y de hecho, una ley estatal de Río de Janeiro requiere la presencia de salvavidas en piscinas con un área mayor a seis metros por seis metros.

Dicha ley, que protege a los usuarios de piscinas en lugares como centros recreativos y complejos habitacionales, surgió ocho años antes de que Río se designara como sede de los juegos olímpicos.

Tranquilo, Phelps


Ocho salvavidas, Fertes entre ellos, se encargan de la natación. Desde que comenzaron los entrenamientos la semana pasada y hasta que la competencia comenzó el sábado, se dividieron en dos turnos.

Cuatro de ellos -dos en la piscina de competencias, dos en la piscina de entrenamiento- trabajaron de 8:00 a 16:00. Después, los otros cuatro ocuparon sus lugares y trabajaron hasta la medianoche cuando termina el entrenamiento. Recibirán 1100 reales (cerca de 340 dólares) por 20 días de trabajo.

En los entrenamientos, Martelote y algunas de sus subalternas estaban cerca de Phelps y lo vigilaban con atención. “Bromeamos entre nosotras”, comentó Martelote “¡Estamos aquí para salvarlo!”.

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