La amistad entre el brasileño y el pingüino parece haber quedado sellada para siempre.
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SANTIAGO.- “Él ha vuelto. Me acabo de enterar que el pingüino Dindim regresó a Ilha Grande y ya encontró al señor João Pereira, que lo salvó en 2012. Esta vez, estuvo por 5 meses en el mar”, escribió hace unas semanas João Paulo Krajewski, un biólogo y presentador televisivo de Globo TV.
Compartiendo esta información en redes sociales, Krajewski daba cuenta de que la linda historia del pingüino de Magallanes y su “padre adoptivo” brasileño continúa y de paso, sigue asombrando a quienes la conocen.
Recordemos que fue el propio Krajewski el que informó del caso de Dindim y João Pereira de Souza, el pescador jubilado de 72 años que rescató al pingüino de Magallanes, cuando lo encontró moribundo y cubierto de petróleo en unas rocas de Río de Janeiro.
Luego de dedicarse por semanas al ave, bautizarla como Dindim, darle comida especial y esperar a que se recuperara para devolverlo al mar, la amistad entre el pingüino y el brasileño parece haberse sellado para siempre, ya que desde entonces, el animal regresa a las costas del sur de Chile y Argentina para alimentarse, pero vuelve sagradamente a Río, hasta Pereira, para quedarse con él por 8 meses.
“Lo quiero como si fuera mi hijo y creo que él también me quiere”, dijo esta especie de “padre adoptivo” en marzo pasado a la televisión brasileña. “Se acuesta en mi regazo, me deja lavarlo, darle sardinas…”, agregó entonces.
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