"Mujer pasó de ser obesa a anoréxica: bajó 127 kilos y por miedo a subirlos, dejó de comer". El caso es el de Lisa Milburn, una joven escocesa que contaba en un sitio web su historia de dietas, abusos, restricciones, excesos, adicción y enfermedad, límites y extremos, tan opuestos pero a la vez tan iguales. Sus días con y sin comida, que lejos de traerle salud, energía y vida, la llevó a vivir una muerte en vida.
Al leerlo me sentí muy identificada y tocada. Lisa había vivido casi toda su vida con obesidad, algo que tampoco era sano ni cómodo, su salud y su vida se veían restringidos por el exceso de kilos en su cuerpo. Había mucho que quería hacer y que dejaba de hacer no por opción propia, sino porque ese cuerpo con el que vivía no se lo permitía.
En la otra vereda estaba la anorexia, una enfermedad tan mortal como el exceso de peso. Son miles las personas que sufren y padecen alguno de estos dos males, que te arrasan y atropellan, tanto físicamente como social y psicológicamente; que se convierten en un todo, llevándose todo y volviéndose todo.
Lisa soportaba las críticas de la sociedad, el bombardeo publicitario de que la delgadez es sinónimo de salud y que si eres delgada, eres más aceptado y hasta muchas veces más valorado. Un día, la mujer se topó con uno de los tantos programas que hablaban de los riesgos de la obesidad que dicho sea de paso, son peligros reales sobre los que se debe informar e incluir en las políticas de salud pública.
Lisa, entonces, entró en pánico percatarse de los costos que se asociaban a la obesidad y así el miedo la hizo bajar de peso. Sin embargo, pasó de un extremo a otro.
Al principio todo fue aceptación, aplausos y halagos, pero de pronto se había pasado a la vereda del frente y no se permitía comer ni siquiera en sueños. En 20 años había llegado a tener un peso máximo de 187 kilos y después de adelgazar, alcanzó los apenas 40 kilos con los que sobrevivía en su cuerpo de 170 cm de estatura.
Gracias a Dios, Lisa se recuperó y vivió para contarlo, traspasando fronteras. Sí, porque esta mujer escocesa tiene casi mi misma edad y su historia es como leer la mía. Pero más allá de eso, me pregunto ¿cuántas Lisas hay en el mundo contando lo que han vivido, superado y sobrevivido? ¿Cuánta fortaleza hay en este mundo dando vuelta, girando y envolviéndonos, con tantas historias que viven para contar no porque sea grato recordar, si no con el único fin de ayudar, ya que saben el dolor, la soledad, y lo cruel y triste que es vivir estas enfermedades?
Hoy, me vuelvo a sentar, les vuelvo a escribir, a contar, a revivir, ya que yo también me expongo cada viernes y les escribo con el alma. Créanme, no es un paseo por el parque recordar años en los que viví muy lejos de la luz, pero lo hago feliz, porque aunque a veces duela y el recuerdo a ratos parezca algo vivo, me hace fuerte, me hace grande y me vuelve a convertir en esa mujer tan dulce como fuerte, tan frágil como resiliente.
Me llena de fuerza, valor y coraje, pero también a veces de rabia ante tanta ceguera y crueldad. Pero por sobre todo de amor, ya que lo único que me mueve es el amor a la vida que hoy siento. Vivo para contar esa historia que un día casi me apagó, pero que es la misma que hoy me llena de vida.
Denisse Fuentes Estrada, Fundadora & Directora Fundación "Pesa Tu Vida" (www.pesatuvida.cl; Facebook: Pesa Tu Vida; Twitter: @PesaTuVida/@D_FUENTESE; Instagram: Pesa Tu Vida/Denisse.fuentes.e); autora de "La Dieta de la Muerte"; Joven Líder 2015; Diplomada Internacional en Coaching Neurolingüístico.