SANTIAGO.- Todd Orr difícilmente podrá olvidar lo que vivió el viernes pasado mientras realizaba senderismo. Claro, porque son muy pocos los que sobreviven al ataque de una enfurecida osa grizzly y quedan en condiciones relativamente buenas para contarlo.
Ayer, este fabricante de cuchillos de 50 años de Montana (EE.UU.), escribió un post en su página de Facebook en el que relata su terrorífico encuentro con el animal. Además, publicó un video que ya tiene más de 19 millones de reproducciones y en el que se ven las profundas heridas que le provocó la osa.
La historia es así. Todd caminaba por un prado abierto cuando divisó a una osa con sus cachorros. Según relata, durante todo el paseo había tenido la precaución de ir hablando en voz alta para no sorprender a ningún animal, pero la grizzly se asustó, se sintió amenazada y corrió a atacarlo.
A pesar de que Todd le gritó e intentó repelerla con un spray contra osos, el animal se le fue encima y el terminó en el suelo con sus brazos alrededor de cuello intentando protegerse.
"Estaba encima de mi mordiéndome los brazos, los hombros y la mochila. La fuerza de cada mordida era como la de un mazo con dientes", cuenta Todd en su post.
La osa continuó mordiéndolo sin parar, hasta que después de unos minutos se detuvo y desapareció. Entonces, Todd se puso rápidamente de pie y corrió a su camioneta, que se encontraba a unos cuatro kilómetros de distancia. En el camino se revisó las heridas, y se dio cuenta de que tenía varios cortes en sus brazos y hombros.
Sin embargo, cuando se creía a salvo, escuchó que la osa había regresado y lo perseguía. Como no podría escapar, Todd se lanzó nuevamente al suelo y adoptó la misma posición que antes, protegiendo su cuello.
"Una de las mordidas en mi brazo llegó hasta el hueso y escuché un crujido. Mi mano quedó insensible, y los dedos y la muñeca inutilizables", relata Todd.
La osa no se detenía y continuaba con su ataque. De pronto, Todd recibió una mordida sobre su oreja derecha y pensó que todo se había acabado. No obstante, optó por quedarse inmóvil, porque de lo contrario la osa se enfurecería aún más.
De pronto, el animal dejó de morderlo, pero se quedó arriba de Todd, aplastándolo. Él soportó el peso sin moverse, hasta que la grizzly decidió irse.
"No podía creerlo, había sobrevivido dos ataques. Doble suerte", cuenta que pensó en ese momento. Todd se puso de pie, recolectó sus pertenencias repartidas por el suelo -entre ellas una pistola que no alcanzó a usar- y caminó 45 minutos hasta su camioneta. La osa no lo volvió a seguir, así que logró llegar al vehículo y partió a un hospital.
Estuvo ocho horas internado, durante las cuales recibió varias suturas. Una radiografía mostró que su antebrazo estaba astillado. La herida sobre su oreja derecha tenía cinco centímetros y le dejará una cicatriz.
"No fue mi mejor día, pero estoy vivo. Estoy muy agradecido de poder compartirlo con ustedes. En un par de semanas tendré que limpiar mi camioneta. Mi novia dice que parece como si hubiera destripado un alce en el asiento del conductor", concluye Todd en su post.
Todd muestra algunas de las heridas que le causó la osa. La que le hizo sobre su oreja derecha fue la más profunda.
Crédito: Todd Orr / Facebook
