CALI.- Zuly Rodríguez nació sin huesos de la rodilla para abajo y está acostumbrada a ser el centro de las miradas por sus dos prótesis, esas con las que esta semana modeló por la "Pasarela de Inclusión" en Cali, Colombia.
De 15 años, Rodríguez compartió pasarela con modelos en sillas de ruedas, albinos, transformistas y jóvenes con discapacidad cognitiva en un particular desfile organizado la semana pasada por la Gobernación del departamento de Valle del Cauca, del que Cali es capital, para promover "el respeto a la diferencia".
"Era mi primera pasarela, yo estaba muy ansiosa pero me sentí muy bien, fue genial", aseguró esta estudiante de bachillerato que sueña con poder seguir modelando como "hobby" porque su prioridad es terminar la carrera de Ortesis y Prótesis cuando termine el colegio.
"Manejo prótesis desde los dos años y ya me acostumbré a que las personas me miren. Incluso le preguntaba a mi mamá, cuando veía el programa Miss Universo, que por qué nunca había visto a una modelo con prótesis y le decía: 'Yo feita no soy, creo que soy muy bonita, ¿por qué no ser la primera miss con prótesis?', y mira, ahora modelo", relató.
Aunque le llamaba la atención, no llegó al modelaje buscándolo, sino luego de que un miembro del equipo del diseñador Guio Di Colombia se le acercara en una estación de transporte público en Cali y le propusiera trabajar con ellos.
El jueves modeló en la "Pasarela de Inclusión" piezas de este diseñador, que se ha dedicado a la "moda social" y que trabaja también con personas con discapacidad cognitiva, desplazados por la violencia.
Sobre las piezas que presentó en esta pasarela, Di Colombia dijo que pensó “en el color de la piel, en las estaturas, en los modelos que tienen prótesis, en los que están en silla de ruedas, para que siempre estuvieran cómodos por encima de todo y también, por supuesto, a la última vanguardia de la moda".
"Es una pasarela diferente y ha sido muy chévere darle la oportunidad a personas que no la tenían antes", dijo.
Un espacio para todos
Como cualquier desfile de modas, en la "Pasarela de Inclusión" hubo mucho ajetreo tras bastidores, detalles de último minuto, pero también muchísimos aplausos y risas bajo los focos.
Algunos diseñadores incluyeron en sus desfiles a modelos con discapacidad física o cognitiva, otros a modelos reinsertados de pandillas o a miembros de la comunidad LGBTI, como un grupo de personas transformistas que pusieron mucho color al evento.
Natalia Mondragón, de 20 años y quien solía modelar de niña para marcas de Cali, participó esta vez desde la silla de ruedas en la que se encuentra desde los 17 años cuando una bala perdida le dañó varias vértebras de la columna.
"No hubo ninguna diferencia entre esta pasarela y otras en las que modelaba antes. Nunca me imaginé que después del accidente podría modelar de nuevo y llegan las oportunidades. Es muy lindo, emocionante", aseguró.
Para David Guerrero, quien creció como el único niño albino de su pueblo en el selvático departamento de Putumayo (al sur de Colombia), participar en este desfile "fue una experiencia maravillosa".
"Mis compañeros y yo éramos el centro de la atención, aprendí mucho y me sentí muy pero muy cómodo", dijo este joven de 20 años que incursionó en el modelaje hace cuatro meses, cuando el representante de una agencia lo descubrió en un centro comercial de Cali, donde asistía a citas médicas.
Ser el centro de atención por voluntad propia y no como blanco de las burlas de otros, ha sido un cambio para Guerrero.
"Me ha ayudado mucho a fortalecer mi autoestima porque tuve problemas cuando estaba en el colegio porque mis compañeros eran terribles conmigo y me molestaban mucho. Ahora, en este mundo del modelaje y la moda, mas bien porque tú eres diferente le puedes gustar especialmente a algunas personas", destacó.