Según la ONG, Mara, Kuki y Pupi presentan "afecciones físicas y psicológicas de las que podrían ser objeto en ese espacio" del parque.
La Nación /GDA
BUENOS AIRES.- La ONG Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA) será representante legal de tres elefantes del antiguo zoo de Buenos Aires, ahora conocido como Ecoparque, por un supuesto caso de "maltrato y crueldad animal", informaron fuentes oficiales.
La AFADA presentó en junio la denuncia contra el ex zoológico y el Gobierno de la Ciudad "por posible delito de crueldad animal" contra las elefantes Mara (52 años), Kuki (34) y Pupi (32), que, según explicó el presidente de la ONG, Pablo Buompadre, presentan "afecciones físicas y psicológicas de las que podrían ser objeto en ese espacio".
Asimismo, denunciaban un "espacio insuficiente" para dichos animales.
Esta medida, aprobada el pasado 17 de noviembre, supone el "primer antecedente judicial" en la Capital Federal en reconocer a una organización no gubernamental (ONG) como defensora de los derechos de los paquidermos y permitir su participación en el proceso penal, informó la AFADA en una nota de prensa.
Por su parte, el representante fiscal explicó que "resulta de suma importancia destacar que, en los casos de crueldad y maltrato contra los animales, son éstos últimos los 'directamente afectados por el delito', asignándoseles el carácter de 'víctimas'".
Al no encontrarse capacitados para ejercer por sí mismos sus derechos, "deviene necesario la acción de un 'representante'", cerraba su argumentación.
Sandra y Cecilia, las defendidas por la ley
Un antecedente del caso es el de Sandra, un orangután de 29 años que vivía en el zoo de Buenos Aires.
Un hábeas corpus de Afada logró un fallo inédito en el mundo en 2014 que le reconoció derechos básicos como "sujeto no humano" para ser trasladada a un santuario y vivir en semilibertad.
Luego la justicia también reconoció los derechos de Cecilia, una chimpancé de 19 años nacida en cautiverio en el zoológico de la provincia de Mendoza y cuyo estado de "tristeza y soledad" motivó la petición de defensores de animales de su traslado a un santuario de Brasil.