El 30 de noviembre no fue un día más del calendario, por lo menos para mí y para muchas otras personas en todo el mundo. ¿La razón? Ese día se conmemora a nivel internacional la lucha contra los trastornos alimenticios.
Hace muchos años que en distintos países se realizan actividades para destacar alguna manera ese día, pero en Chile jamás se había hecho nada. Por eso, hace un tiempo me decidí a hacer un cambio, para que desde este año fuera diferente y se le diera al 30 de noviembre la real importancia que tiene.
Las personas que viven y sufren un trastorno alimenticio saben que no es algo de un día, sino que es una lucha diaria y constante, que tiene tantas vueltas, como recaídas y fracasos, que se siente y vive con tanta frustración, crítica y soledad, tanto de la sociedad como de uno mismo. Porque quienes padecen un trastorno alimenticio saben que uno mismo se convierte en su peor crítico en esa búsqueda absurda de la perfección.
Creo que lo perfecto nunca va ligado a la paz, ya que nada perfecto es mortal. Y lo que nos hace estar vivos es, justamente, el maravilloso regalo de ser mortales.
En "Pesa tu Vida", la fundación de la que soy directora, nos preparamos mucho para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimenticios. Fue un desgaste grande, había que convocar a la mayor cantidad de gente posible, pero también había que informar.
Muchos de quienes nos acompañaron no sabían qué era un trastorno alimenticio y fue ahí cuando volví a darme cuenta de lo deficiente que es la educación con respecto a estos temas en Chile.
Realizamos un acto en la explanada del Teatro de Universidad de Chile en Plaza Italia. No era necesario sufrir un trastorno alimenticio para unirse a nosotros, porque más que eso nuestro objetivo era hacer un fiesta a la vida, con globos, corazones y música, y así dejar en evidencia que somos mucho más que una imagen.
Porque hoy la sociedad nos expone a cánones y parámetros de belleza brutales, que generan y aumentan este tipo de enfermedades. Y lo más indignante es que no contamos con políticas públicas que cubran y prevengan sobre estas enfermedades. ¡Ni siquiera existen estudios de prevalencia y nos seguimos basando en cifras que datan del año 2007!
Este mes iré a la comisión de Salud del Congreso para exponer sobre este tema y lograr sacar una ley que regule todas estas carencias que hoy tenemos como país. Pero más allá de eso, voy también por todas las vidas que se apagaron en la búsqueda de sanación; a mostrar que la obesidad y anorexia son caras de una misma moneda; que la anorexia infantil cada día aumenta más, que esta enfermedad es trasversal -no distingue de sexo, nivel socioeconómico, ni color político-; y que el mensaje que se quiere entregar con el etiquetado de los productos se pierde si no hay un fondo y trasfondo, si no se explica, si no se educa.
El miércoles terminamos la conmemoración en Plaza Italia soltando globos al cielo por todas esas vidas que hoy sufren y conviven con estas enfermedades, pero por sobre todo por todas esas que se apagaron en el intento, y que esta semana volvieron a despertar y con más fuerza que nunca. Porque desde este 30 de noviembre nos muestran cuánto nos pesa su partida y que su paso por este mundo no fue en vano.
Yo, Denisse Fuentes Estrada, les prometo que no viví solo para contarlo, viví para hacer cambios y prometo que voy a homenajearlos.
¡Globos al cielo para ustedes! ¡Que el cielo se vista de fiesta, porque Chile ya tuvo el primer capítulo de muchos en la lucha contra los trastornos alimenticios!
Denisse Fuentes Estrada, Fundadora & Directora Fundación "Pesa Tu Vida" (www.pesatuvida.cl; Facebook: Pesa Tu Vida; Twitter: @PesaTuVida/@D_FUENTESE; Instagram: Pesa Tu Vida/Denisse.fuentes.e); autora de "La Dieta de la Muerte"; Joven Líder 2015; Diplomada Internacional en Coaching Neurolingüístico.