"Afortunamente mis amigos nunca me han rechazado y en el nocturno no tuve problemas o burlas", decía Óscar en abril pasado.
El Tiempo
BOGOTÁ.- Óscar Vásquez, que con 400 kilos llegó a ser el hombre más obeso de Colombia, falleció el sábado, a los 44 años, de un paro cardiorrespiratorio. "Mi tío murió más o menos a las 11.00 de la mañana (…) Le dio un paro", indicó la sobrina de Vásquez, Juliana González.
De acuerdo con la familia, al momento del deceso Óscar Vásquez se encontraba en su casa, ubicada en la localidad de Palmira, en el departamento del Valle del Cauca (al suroeste). "A él le dio un dolor muy fuerte en el pecho y cuando llegaron la ambulancia y los bomberos para llevarlo al hospital ya no había nada qué hacer", precisó González.
El pasado marzo los colombianos conocieron la historia de Vásquez, cuando el Cuerpo de Bomberos de Palmira realizó un operativo, en el que participaron 20 hombres del organismo de socorro, un carro de esa entidad y una ambulancia, para trasladarlo a la clínica privada Nuestra Señora de los Remedios, en Cali.
El objetivo del procedimiento era que Vásquez comenzara un tratamiento para superar la obesidad mórbida que le impedía moverse.
De hecho, González indicó que "había mejorado la salud" de su tío, quien "ya se bañaba solo y había empezado a caminar gracias a que había bajado mucho de peso".
Por su parte, el director de la Fundación Gorditos de Corazón, Salvador Palacio, comentó que "en enero del próximo año le iban a practicar a Óscar una cirugía de banda gástrica para que siguiera bajando de peso, ya que había perdido unos 90 kilos y se había logrado un avance importante en ese sentido, pero infortunadamente no lo logró".
Fue esta organización la que lo alentó a bajar de peso, asesorándolo con psicólogos y especialistas en nutrición, pero sobre todo, subiéndole su mermada autoestima.
Ya a los 17 años, Óscar pesaba 100 kilos, y estudiaba de noche. “Afortunamente mis amigos nunca me han rechazado y en el nocturno no tuve problemas o burlas”, señaló a El Tiempo, de Colombia, hace un par de meses, agregando que solo tuvo buenas amigas en su vida, ya que nunca se enamoró. Amigas, solo eso. No más. Después ya no pensaba en eso. Era antes, siendo muchacho”.
Alcanzó a cumplir algunas metas, como bañarse solo y caminar un poco, pero los otros sueños que le quedaron por cumplir fueron terminar el colegio para estudiar Arquitectura, “de pronto en una universidad a distancia”, se proyectaba en abril.
Y el último deseo era ese que evitaba pensar desde hacía 20 años: enamorarse. “Qué hombre no quiere eso”, decía.