SANTIAGO.- ¿Qué debe hacer un hombre y qué debe hacer una mujer? Es una pregunta que en los últimos años, y ante la serie de movimientos reivindicativos del movimiento femenino, ha ido cambiando su respuesta para adecuarse a unos tiempos en que la igualdad quiere primar, dejando atrás años de estereotipos de género y supuestos culturales. Pero la lucha no solo la dan las mujeres; también la hacen los hombres. Y en Chile, un grupo de ellos ha querido decir abiertamente “nos gusta tejer”.
Una actividad tan simple e inocua ha sido tema en la vida de algunos hombres que por el simple hecho de querer crear con palillos y lana, los miran raro, con extrañeza. En algunos casos, ni siquiera sus mamás quisieron enseñarles a tejer cuando ellos, siendo niños o adolescentes, se lo pidieron. Pero varios se juntaron el verano pasado y dieron forma a “Hombres Tejedores”, un grupo de 11 sujetos de entre 25 y 55 años, y de distintas profesiones, reunidos en torno al gusto por tejer.
Conocida fue su intervención urbana en septiembre pasado, cuando nueve de ellos se sentaron en una calle de Las Condes, de terno y corbata, a darle rienda suelta al tejido mientras los transeúntes y redes sociales les prestaban atención. Su consigna: “romper con estereotipos nos transforma en una sociedad más inclusiva y tolerante”.
Tal fue el éxito entonces, que desde diversas partes del país comenzaron a llamarlos. Otros hombres chilenos querían participar de sus talleres, los colegios querían que dieran charlas con el foco de igualdad, y en otros países del Cono Sur, algunos de sus pares masculinos imitaron su ejemplo y se pusieron a tejer.
Para lograr abarcar la demanda nacional, hace unas semanas lanzaron su primera campaña de crowdfunding #NosGustaTejer, llegando holgadamente a la meta esperada de 2 millones de pesos. “Durante 2017 realizaremos algunos viajes dentro de Chile gracias al dinero que recolectamos y en enero haremos nuevos talleres de tejido para hombres”, adelanta Ricardo Higuera, uno de los miembros de “Hombres Tejedores”.
De tejer a criar a los hijos
El grupo, reunido en torno al profesor que partió con los talleres, Claudio Castillo, no solo ve el acto de tejer como “una terapia para enfrentar el estrés, y una buena instancia para desarrollar la creatividad, para reflexionar y para compartir con otros tejedores y tejedoras”, como explican. Para ellos, tejer y hacerlo públicamente, parece ser también una herramienta perfecta para resaltar la idea de que por parte de los hombres, también buscan la igualdad.
“En el proceso de conformación de este colectivo, fuimos conociendo historias muy potentes en cuanto a la relación de algunos hombres y el tejido (…) Algunos de los integrantes del grupo, y también otros que han compartido con nosotros en talleres o en distintas instancias durante 2016, lo hacían escondidos incluso de sus padres, cuando eran más jóvenes”, contó Higuera.
“Es impactante ver que incluso algunos en su propia casa se sentían temerosos de practicar algo tan bello como el tejido (…) Afortunadamente, muchos de ellos han logrado saltar esa barrera y, además de sus espacios más íntimos, ya no tienen reparos con tejer en la calle, en el metro, en un parque”, agregó.
Y no se trata solo de tejer. En esta cruzada por derribar imposiciones culturales de género desde el lado masculino, “Hombres Tejedores” aboga por una mayor presencia de los hombres en la crianza de los hijos. Sobre todo, si se quiere que ese niño o niña no crezca con los estereotipos que tanto mujeres como hombres quieren eliminar de raíz. “Y para que padres y madres entreguen a sus hijos e hijas las herramientas para que puedan desarrollarse libre y felizmente en cualquier disciplina u oficio, sin importar el género”, comentó Higuera.
De momento, su trabajo como colectivo y el futuro se ven esperanzadores, cuenta el hombre tejedor: “Hemos conversado con decenas de estudiantes de distintos colegios y vemos que existe una apertura mucho mayor de la que esperábamos ante la reflexión de los estereotipos y de las nuevas masculinidades. Tenemos la sensación de que las nuevas generaciones vienen con una mirada más inclusiva y respetuosa de las diferencias, lo que nos incentiva también a seguir trabajando con ellos y tejiendo juntos una nueva sociedad”.