Pantallazo Daily Mail
SANTIAGO.- Ludvik Dolezal era muy conocido en Skrivany, la localidad ubicada en el norte de la República Checa donde vivía. El hombre de 60 años padecía de un desorden psicológico, a raíz del cual quemaba cualquier cosa que llegara a sus manos, para luego dormir sobre las cenizas.
Por esta razón, Dolezal siempre tenía su piel, cabello, barba y ropa teñidos por completo de color negro. De ahí que fuera apodado como el "hombre más sucio de Europa".
Según se sabe, en 2013 Dolezal decidió abandonar su trabajo, para trasladarse a vivir en una granja abandonada. Allí quemaba neumáticos, plásticos, espuma y colchones, entre otras muchas cosas, todo con el fin de que el fuego ardiera durante el día, para que las cenizas estuvieran aún tibias al momento en que él se acostaba sobre ellas.
Los bomberos debían acudir con frecuencia a su improvisado hogar para extinguir las llamas y así evitar un incendio mayor.
Dolezal vivía de la ayuda que le daba el gobierno de su país. Recibía alrededor de 67 mil pesos mensuales, los que eran entregados a una tienda de Skrivany que le preparaba diariamente un paquete de comida para que pudiera sobrevivir.
Sin embargo, hace algunos días el hombre no acudió a buscar sus alimentos, por lo que de inmediato el alcalde de la localidad envió a trabajadores de la salud para que fueran a constatar si Dolezal se encontraba bien. Pero no era así: el hombre yacía muerto entre sus amadas cenizas.
Según informó el Daily Mail, Lenka Buryskova, portavoz de la policía, señaló que se realizará una autopsia para determinar las causas exactas de su muerte, pero aclaró que no había ninguna circunstancia sospechosa que investigar.