LA JOYA.- Un poco abrumada por la excesiva atención, pero resplandeciente en un elegante vestido fucsia y una brillante tiara, Rubí Ibarra finalmente celebró anoche sus esperados 15 años.
Familiares debieron ayudar a la joven a abrirse paso entre decenas de periodistas, fotógrafos y fans que querían estar cerca de la quinceañera, cuyo cumpleaños se volvió viral luego de que su padre realizara una invitación abierta a través de un video que publicó en internet.
Inicialmente se esperaba la asistencia de 800 invitados, pero finalmente miles de personas de todo México llegaron a la celebración, que tuvo lugar en la comunidad de La Joya, en San Luis de Potosí. Los invitados eran recibidos con un enorme cartel con una imagen de Rubí y en el que se leía "Bienvenido a mi fiesta de XV años".
La celebración comenzó con una misa y siguió con un banquete, en el que se sirvió chilaquiles de mole de arroz y frijoles, y mucha cerveza. A pesar de la multitud y el asedio, Rubí parecía pasarlo bien, hasta que una tragedia enlutó la fiesta.
Crescencio Ibarra, el padre de la joven, había ofrecido un premio de poco más de 500 dólares al ganador de una "chiva" o carrera de caballos, que se realizaría durante la celebración. Sin embargo, en plena competencia, dos personas ingresaron a la pista. Uno de ellos falleció, mientras que el otro resultó herido.
Enojo con la prensa
También hubo algunos momentos en los que el ambiente se volvió tenso, debido al constante acoso al que era sometida la quinceañera. La molestia de los familiares iba dirigida en especial a los representantes de la prensa.
"Respeten por favor. No sean groseros, mi sobrina está nerviosa", pidió un tío de Rubí. "¡Ya, quédense con la fiesta!", exclamó su padre, mientras que Ana Elda García, la madre de la joven llegó a decir que "entiende más un animal que personas de la prensa".
La fiesta fue animada por varias bandas norteñas y Rubí se dirigió a los asistentes desde uno de los dos escenarios que se instalaron. "¡Buenas tardes a todos!", gritó, provocando el delirio de la multitud.
"Agradecer a todos los que están ahí presentes por acompañarme", declaró tímidamente, tras recibir un auto de regalo del alcalde de San Blas.
Posteriormente, la quinceañera bailó el tradicional Vals de las 15 rosas con su padre y se despidió de su último juguete: una muñeca.
Asimismo, al momento del brindis, la mueca que hizo cuando su boca entró en contacto con el alcohol, provocó la risa de los asistentes.
Que "mi potrita" se serene"
Antes de comenzar la fiesta, Fidencio García Galván, el abuelo de Rubí, pidió a su nieta que se serenara y tranquilizara.
"Más que nada, el consejo es que se serene, tranquilice, y que deje pasar; todo es muy bueno", dijo.
Fidencio (83), que llama "Potrita" a Rubí porque es "muy chiquita" (bajita), según explicó, aseguró también que la niña estaba "alegre" y calificó de "increíble" el fenómeno en torno a la menuda quinceañera.
"Nunca lo esperábamos, nadie de la familia", relató este hombre que -aseguró- tener "unos 50 nietos".