El Mercurio (imagen referencial)
Las celebraciones de fin de año traen consigo mucha felicidad, pero también un enorme riesgo de manchar nuestra ropa. El vino tinto, el maquillaje, los labiales, las frutillas, los arándanos, la mora y la crema, entre otros, dejan manchas que si no se tratan a tiempo, quedarán como un recuerdo imborrable en nuestras prendas.
Y convengamos que la "limpieza" de lo que vestimos es un punto importante en la administración de la imagen personal. Hay diversos estudios que incluso avalan que tenemos mayor confianza ante una persona impecable y que desconfiamos en el caso contrario.
Cuando nos enfrentemos a este tipo de manchas, debemos enjuagarlas de inmediato, preferentemente con agua fría, y luego lavarlas o llevarlas al lavaseco.
Si se trata de un vestido de fiesta, es importante llevarlo rápido a un lugar especializado, porque de lo contrario quedará una aureola imposible de sacar.
"En general, las frutas de verano y el vino tinto son llamadas manchas de color, son muy difíciles de sacar y requieren un tratamiento especializado", comenta Marcela Carvajal, formadora de 5asec empresa especializada en el cuidado de las prendas.
Pero, por otro lado, en esta época el exceso de sol y calor también puede ser muy perjudicial para nuestra indumentaria en general. Es por eso que debemos evitar colgarlas directo al sol, porque el "astro rey" prácticamente quema la ropa, fija las manchas, y puede hacer que la tela se ponga amarillenta, ya que activa algunos agentes que contienen las fibras que potencian ese color.
En el caso de los trajes de baño, si quieres que te duren, no los seques jamás directo al sol, porque este puede cortar y dañar irreversiblemente el elastano con el que están fabricados.
Y como último dato; tampoco hay que abusar del perfume. "El perfume está pensado para echarlo a la piel, no a la ropa. Las manchas de perfumes no salen", advierte Marcela Carvajal.
Afife Docmac Zerené, creadora de comomevisto.cl, directora ejecutiva de Docmac Comunicaciones.