Alojamiento rural, comidas típicas y variadas actividades patrimoniales son algunos de los panoramas que esperan a los viajeros que en este periodo estival opten por vivir unas vacaciones distintas alejadas del bullicio de las ciudades e ideales para conocer un poco más de Chile y su gente en medio de la más profunda naturaleza y con paisajes que van de mar a cordillera y de bosques a desiertos.
Así lo plantea la Asociación Chilena de Turismo Rural (Achitur), a través de sus más de 200 asociados, y que entrega una amplia oferta turística desde la región de Antofagasta a la de Magallanes.
Optar por este tipo de turismo es acercarse a las tradiciones más íntimas de las comunidades del país, su folclor, sus fiestas, su exquisita gastronomía y todas sus expresiones en artesanía.
“El turismo rural es un lugar de encuentro, descubrimiento y conocimiento, de importante intercambio de información cultural. En otras palabras, es la oportunidad de entrar a un espacio de pausa”
Sofía Rojas - Presidenta de Achitur
Así lo indica Sofía Rojas, presidenta de Achitur, quien añadió que “el turismo rural es un lugar de encuentro, descubrimiento y conocimiento, de importante intercambio de información cultural. En otras palabras, es la oportunidad de entrar a un espacio de pausa, en una sociedad en que se tiende ir aplastando y borrando el concepto de compartir por el individualismo”.
Norte
La oferta turística de Achitur abarca todo Chile, desde norte a sur, y contempla diversos servicios como: alojamiento en cabañas, casas rurales u hospedajes, agrocamping, alimentación de la zona, productos locales, además de actividades como participación en labores de campo, cabalgatas, avistamiento de aves, senderismo o visita a sitios patrimoniales.
Así, en el norte del país destacan los prestadores del hermoso pueblo de Pisco de Elqui, en la comuna de Paihuano, región de Coquimbo. Ahí se puede encontrar, por ejemplo, al Hotel Rural El Milagro. Su construcción data de 1910, siendo una de las primeras casas patronales de la zona y que conserva intacta su arquitectura y diseño. Ofrece un servicio de alojamiento acogedor e íntimo en un lugar privilegiado.
En el mismo pueblo está El Ranchito de Don René, restaurante ornamentado a la usanza campestre con estribos viejos, yoles, yugos para bueyes, costales de carga, piedras de molino y herraduras, que ofrece gastronomía criolla.
Centro
En la zona centro de Chile, específicamente en la región de O’Higgins, es posible visitar el molino El Encanto donde, a través de visitas guiadas, es posible conocer el funcionamiento de un molino de 100 años de antigüedad, que es accionado por la fuerza del agua, además de poder comprar y degustar los productos obtenidos por el proceso de molienda del trigo y quínoa y sus derivados, entre otros productos locales.
En la misma región, el Refugio de Elsita ofrece un espacio recreativo, con una granja dedicada la crianza de corderos. Este lugar constituye un buen punto de descanso y posee diversas posibilidades de excursiones y cabalgatas por la zona, al situarse próximo a la Reserva Nacional Río Cipreses, el pueblo típico de Coya y los cajones del río Claro y Pangal.
Si de artículos locales se trata, Herbas, ubicado el pueblo de Coya, Machalí, oferta cosméticos y productos medicinales en base a hierbas cultivadas en invernadero con esmero y paciencia.
En tanto, cercana a San Vicente de Tagua Tagua, Uva Dulce invita a un espacio de relajación con alojamiento y variedad de actividades como: cursos de cata de vinos, charlas de astronomía, charlas de la cosmovisión mapuche y trekking, entre otros.
Sur
La red de Achitur también se extiende a la Región de los Ríos, Panguipulli. Aquí es posible encontrar a Turismo Rural Haycor, que cuenta con hospedaje familiar y alimentación de la zona, y donde el visitante podrá compartir e intercambiar experiencias de vida con los dueños del lugar. Todo esto en el marco de volcanes, ríos y ecosistemas naturales únicos en el mundo.
Lo mismo sucede con el camping Naltu Lafquen, en la ribera del lago Panguipulli, donde, junto a guías locales, se puede apreciar la rica flora autóctona de la región y conocer historias del lugar.
En la Casa Della Nonna, hospedaje rural ubicado en el sector de Ñancul (a 18 km de Panguipulli), el visitante puede participar en las labores típicas de esta zona, como la fabricación de mermeladas, licores, cosecha de frutas, preparación de recetas típicas o, simplemente, disfrutar de una conversación de tarde junto al fogón; todo con el sello “talo” de esta segunda generación de familia ítalo-mapuche, cuyas actividades cotidianas van desde ordeñar vacas hasta trasquilar ovejas. Ideal para quienes buscan una experiencia de alojamiento rústico y campesino.
Si piensa en comidas típicas, no puede dejar de visitar el Complejo Turístico Catemu que cuenta con un restaurant en el que se puede degustar comida saludable, elaborada con frutos del bosque y producidos por los agricultores de Liquiñe, todo en una fusión que mezcla los sabores tradicionales y rescata las comidas mapuches.
Todos ellos son algunos de los ejemplos de la amplia red de prestadores con que cuenta la Asociación Chilena de Turismo Rural (Achitur) y que este verano abre sus puertas, una vez más, a los viajeros tanto de Chile como del extranjero.