Aterricé en tierras asiáticas el jueves pasado. Mi vuelta al mundo comenzaba y el regalo que me di ya había despegado. “El que regala, se regala”, dicen por ahí. Y mis primeros días en Asia me han reafirmado esa visión.
La mágica ciudad de Bangkok me recibió con una verdadera lección de amor. Un niño de apenas unos años me pedía un abrazo en el templo del buda inclinado, y solo porque yo le sonreía.
Primera lección: soy una persona con un alma amable, que sonríe desde el alma y que muestra y demuestra el corazón puro, muchas veces exponiéndolo a ser dañado. Y sin temor, sino que solo elige vivir desde el amor.
Estuve solo un día en Bangkok y quise volar (si una cosa he hecho estos días es vivir, siendo y sintiéndome verdaderamente libre). Así que tomé un avión al norte de Tailandia y aterrice en la mágica ciudad de Chiang Mai, la ciudad de elefantes.
Debo decir que en este país la gente es muy amable y vive el día a día muy diferente a nosotros. Comen insectos y cuanta cosa rara se puedan imaginar. Los disfrutan y promocionan con mucho placer. Las mujeres parecen muy poco preocupadas de temas como la manicure y esas cosas. Y los monjes cruzan tempranito en la mañana a recibir sus comidas. Asimismo, se regala comida afuera de algunos templos.
Aquí tienen la maravilla del Templo Blanco, aguas cristalinas; es un país hermoso que aún no termino de recorrer. Entonces, es inevitable preguntarme cómo Tailandia puede ser considerado un país pobre. Creo que no lo es, porque su riqueza no radica en sus niveles de economía nacional. Radica en la inmensa fortuna que tienen como nación; ese saludo cariñoso que te recibe, esa alegría de las calles. Su riqueza radica en “comer, rezar y amar”, la misma película que vi antes de partir a esta aventura.
Ahora vivo yo mi propio “comer rezar y amar”. Hoy como en la riqueza cultura del hermoso Bagan, en Myanmar, rezo a Dios, sonrío y veo el atardecer muy cerca de una de las tantas pagodas doradas y un jardín que me invita a perderme para encontrarme en sus verdes. El amar aún no está terminado. Esta aventura recién comienza. Solo puedo decir que desde el templo Shwesandaw veo el atardecer y la Luna llena se suma a esta espectáculo.
Hoy empiezo a escribir la historia de la mujer que soy. Mi historia que con orgulloso llevo, la pueden leer en mi libro. Esas páginas ya fueron editadas y publicadas, y son parte de mí, pero no representan todo mi mundo.
Si quieren hablar de resiliencia, fuerza y coraje, acá estoy por qué sé lo que son; y tuve el valor de usar esas herramientas internas para salir de esta enfermedad, porque las llevo en mi esencia.
Ese mismo valor que me lleva a perderme por Asia con mi escaso inglés y amar, dar, regalar, vivir y saber que el mañana solo depende de lo que yo elija vivir. ¿Qué eligen ustedes?
Aquí una pincelada de lo que está siendo este maravillosa aventura:
Denisse Fuentes Estrada, Fundadora & Directora Fundación "Pesa Tu Vida" (www.pesatuvida.cl; Facebook: Pesa Tu Vida; Twitter: @PesaTuVida/@D_FUENTESE; Instagram: Pesa Tu Vida/Denisse.fuentes.e); autora de "La Dieta de la Muerte"; Joven Líder 2015; Diplomada Internacional en Coaching Neurolingüístico.
