Aún cuando han sido detenidos por la justicia de ese país, los dos vetos emanados del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para restringir el ingreso de refugiados y ciudadanos provenientes en su mayoría de países musulmanes han dado un duro golpe a la actividad turística de esa nación y que da empleo a casi 8 millones de personas.
La decisión proteccionista del mandatario del país del norte ha hecho que miles de turistas perciban a esa nación como un lugar poco amigable para visitar, por lo que muchos han resuelto suspender sus viajes por miedo a que se les complique la entrada en los controles migratorios de aeropuertos.
La consultora Forward Keys informó que tras el primer veto migratorio de Trump las reservas de turistas en Estados Unidos cayeron un 6,5 por ciento, mientras que con el anuncio de que se elaboraría otra prohibición revisada para evitar la suspensión de la Justicia, los descensos llegaron a un nivel del 4 por ciento.
Sitios web de reservas de billetes de avión como Kayak o Hopper han detectado también caídas en las ventas de vuelos desde la victoria de Trump en las elecciones del pasado noviembre. Esas caídas han sido más acentuadas con la emisión de los dos decretos presidenciales suscritos el 27 de enero y el 6 de marzo del presente año.
Esos vetos migratorios han sido suspendidos temporalmente por los tribunales, lo que no ha impedido que viajeros de todo el mundo, además de las naciones afectadas, cancelen sus viajes programados a EE.UU.
Hostelling International USA, una organización sin ánimo lucro que gestiona hostales en todo el país, ha recibido cancelaciones de reservas de grandes grupos de jóvenes a Nueva York y proveniente de países no afectados por las restricciones puestas por el nuevo gobierno de Estados Unidos.
En el último trimestre del año 2016, la riqueza generada por el turismo en Estados Unidos cayó un 3,3 %, según datos publicados por el propio gobierno estadounidense y tiene la particularidad de ser la primera cifra que incluye como factor la elección de Trump en noviembre.
Según proyecciones de la consultora Tourism Economics, la retórica y políticas aislacionistas de Trump podrían disuadir de viajar a Estados Unidos a cerca de 6,3 millones de extranjeros, lo que extrapolado al gasto medio de los visitantes equivaldría a perder 30.000 millones de dólares anuales en ingresos.
Esto sería un duro golpe para una industria que genera 1,77 billones de dólares en Estados Unidos y que sigue a la cabeza del ránking de países que más viajeros y dinero atraen de esta industria, por delante de competidores como España, Francia o China.
La retórica de Trump contra refugiados, musulmanes o favor de un muro en la frontera con México no parece estar beneficiando a un sector, el del turismo, que tiene un gran potencial de generar empleos, especialmente porque solo desde 2011, con la creación de "Brand USA,” Estados Unidos se promociona en el exterior como destino.
"La percepción es tan fuerte como la realidad. La percepción de bienvenida es importante y debemos dejar claro que los turistas son bienvenidos al país, que tienen las puertas abiertas,” opinó Patricia Rojas-Ungár, vicepresidenta de Relaciones Gubernamentales de la patronal US Travel Association.
Trump es un empresario turístico y conoce muy bien la importancia de la percepción de bienvenida y lo competitivo del mercado mundial del turismo y entiende que una mala gestión con este sector podría afectar sobre todo a su ciudad natal, Nueva York, y a uno de los estados que le llevó a la Casa Blanca, Florida.
