El durian es una fruta que intimida simplemente con mirarlo ya que su gran tamaño viene acompañado de una gruesa cáscara con espinas. Si esta visión genera recelos, su aroma definitivamente hará huir hasta los más valientes, ya que posee un penetrante olor a carne descompuesta o, como dicen algunos, a calcetines viejos de gimnasio.
Pese a ello, en Asia lo llaman “El rey de las frutas” y aún cuando en algunos lugares públicos se ha prohibido su consumo, sigue siendo un producto solicitado no solo en ese continente, sino también en otras partes del orbe.
Así lo comentan en la agencia de viajes COCHA donde explican que debido a su desagradable olor “esta fruta está prohibido en hoteles, buses, trenes, metros y líneas aérea”.
Originaria de Indonesia, Malasia y Brunei el durian no es una fruta que se pueda cultivar en cualquier lugar, ya requiere de un clima tropical para crecer. Aún así, es posible encontrarlo en los mercados de muchos países, especialmente de Europa y América del Norte.
Quienes deseen vivir la experiencia extrema de probar este “manjar” deben saber que en 1856 su sabor fue definido por el Naturalista Británico Alfred Russel Wallace como “bocanadas que recuerdan al queso crema, la salsa de cebolla, el vino de Jerez y otros platillos incongruentes”.
Si aún así se animan, la recomendación es buscas una fruta que esté tierna ya que su carne tendrá una textura más crujiente y su sabor será más suave de lo normal. Ahora bien, si el fruto tiene su cáscara desquebrajada es señal que ya está maduro y su interior será más cremoso y con un olor mucho más potente.
Los entendidos aconsejan no abrirlo en lugares cerrados y escoger, en lo posible, espacios abiertos alejados del público. Una vez que lo pruebe y si es de su gusto nada mejor que preparar un Durian pancakes o bien un Pulut Durian, aún cuando lo más probable es que luego de consumirlo no quiera saber más de esta singular fruta tropical.