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SANTIAGO.- Las líneas aéreas de bajo costo (low cost) llegaron a Chile para quedarse y rápidamente llamaron la atención en el mercado al ofrecer pasajes cuyos precios están muy por debajo de los tradicionales, alcanzando incluso a competir con los valores que se observan en los servicios de buses interurbanos que operan en el país.
Estas empresas trabajan bajo el concepto de "pagar por lo que utilizas", de tal manera que el pasajero deberá cancelar una tarifa diferenciada si desea llevar equipaje en la bodega del avión, recibir alimentos durante el vuelo o elegir su asiento, entre otros servicios.
Y si bien este modelo de negocios ya tiene varios años operando en Europa o América del Norte, su presencia en Chile es toda una novedad y definitivamente no ha dejado a nadie indiferente, más aún cuando ha permitido acceder a pasajes aéreos desde los $4.900, algo que hasta hace unos meses era impensado.
No obstante, siempre es necesario conocer algunos detalles antes de decidir comprar un boleto "low cost" para no encontrarse con desagradables sorpresas al momento de iniciar el viaje.
Así lo aconseja Mauricio Palominos, Product Owner Vuelos COCHA.com, quien explica que la primera gran recomendación es que los viajeros "deben prestar atención a los servicios que incluye el pasaje, como por ejemplo: asientos, maletas, comidas y multas por cambios", ya que las condiciones de estas prestaciones pueden variar dependiendo de la compañía.
Aún cuando este sistema recién comienza a implementarse en Chile, en Estados Unidos y Europa ya funciona desde inicio de la década de los 90 y la experiencia en el hemisferio norte indica que es necesario poner atención a otros factores como el aeropuerto de destino, que muchas veces no es el principal de la ciudad y, no es extraño, que quede mucho más apartado de la metropólis.
"También hay que considerar qué tan lejos está el aeropuerto del destino, ya que muchas de estas aerolíneas llegan a aeropuertos secundarios, a los que el taxi es a veces más caro que lo ahorrado en el pasaje de la Low Cost Carrier (LCC)", precisa Palominos al respecto.
Junto con eso se recomienda también tener cuidado con las tasas de embarque que se pagan de forma separada al pasaje, y que varían dependiendo de la distancia y el terminal aéreo de llegada.
Otra innovación que el low cost trae a la industria del transporte aéreo nacional es la posibilidad de comprar ticket "one way", es decir solo de ida o de regreso, lo que es una innovación en el mercado local y que también podría llamar a la confusión entre los viajeros con menos experiencia.
A pesar de ello, el sistema de bajo costo en los vuelos nacionales augura un aumento en la demanda por este servicio, lo que vendrá a incrementar el promedio anual de pasajeros transportados al año y que durante 2016 alcanzó la no despreciable cifra de 11 millones de personas que fueron de un punto a otro en el país.
Este nuevo modelo de negocios en las rutas locales se ha extendido rápidamente a servicios hacia países vecinos luego que las empresas operadoras comenzaran a ofrecer vuelos económicos a ciudades como Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, Sao Paulo y Lima, entre otros.
Otra señal que reafirma el hecho que el low cost llegó para quedarse y ante lo cual solo resta conocer sus virtudes y defectos antes de inclinarse por una oferta por más llamativa que sea.