Si hay un local que es un destino turístico imperdible en La Habana ese es La Bodeguita del Medio. Tanto así que pronto será inaugurado el cuarto bar con su nombre, esta vez en la ciudad cubana de Holguín.
Esta urbe es históricamente conocida como “la ciudad de los parques” y en su provincia queda el puerto de Bariay donde desembarcó Cristóbal Colón, quien -según los relatos de la época- quedó impresionado por la belleza de sus playas y exuberante vegetación.
Holguín ahora contará con una nueva atracción y no es otra que una réplica de La Bodeguita del Medio, una taberna que se hizo mundialmente conocida por ser el punto de encuentro de artistas de la talla de Ernest Hemingway, quien iba frecuentemente a ese lugar, al igual que otros creadores, para dar rienda suelta a largas noches de diversión, marcadas por el humo de los habanos y tragos de ron.
Así lo recuerdan en COCHA donde explican que “más que por la calidad de su comida y de sus tragos, (La Bodeguita del Medio) se hizo famosa por sus clientes, como el propio Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Brigitte Bardot y Pablo Neruda”.
En la agencia de viajes añaden que el bar original ya tiene 75 años de existencia y está ubicado en el número 307 de la calle Empedrado, “muy cerca de la Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja”.
Sobre el nuevo recinto que abrirá en Holguín, explican que eso “es parte del desarrollo turístico, pues siempre se intenta replicar lo que tiene éxito”. Quizá por eso no resulta extraño que también existan sucursales en Argentina, Bolivia, México, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Alemania, Inglaterra y España.
La original
“Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita". Así versa un papel escrito por Ernest Hemingway y que cuelga enmarcado en el bar original de La Habana Vieja.
Aunque no lo crea, la historia de este bar esta ligado de una u otra manera a Chile. La leyenda cuenta que tras la revolución castrista se ordenó el cierre del recinto y sus paredes fueron pintadas. Ese acto significó la pérdida de increíbles recuerdos dejados por los famosos que ahí se reunían. Al tiempo fue el propio Salvador Allende quien intercedió para lograr su reapertura, tras lo cual se realizó el rescate de alguno de los grafitis y fotografías que hoy recuerdan su tiempo de esplendor.