SANTIAGO.- Si ayer el tema en los grupos de WhatsApp de madres y padres de niños y adolescentes era la comentada serie de Netflix "13 Reasons Why" y su complicada temática, hoy todos hablan sobre el juego denominado "ballena azul" y los peligros que reviste para los más jóvenes.
Se trata de una actividad que nació en Rusia y que se ha viralizado a través de las redes sociales, generando mucha preocupación entre apoderados, especialistas y autoridades de diversos países, ya que finalmente incita a quitarse la vida a quienes lo siguen.
De hecho, hoy se informó que en Colombia se investiga si el macabro juego está relacionado con la muerte de tres jóvenes y, en Chile, la Policía de Investigaciones (PDI) señaló que si bien aún no tienen denuncias al respecto, sí están muy atentos al tema.
"Detrás de esto probablemente hay alguien o un grupo de personas con rasgos psicopáticos importantes, porque básicamente el objetivo es la destrucción de una persona", afirma Rodrigo Brito, psicólogo infanto-juvenil y académico de la Universidad Mayor. Y agrega:
"(Los responsables) Probablemente deben tener una historia personal de mucho daño y de pasarlo mal, porque eso es lo que se ve en las personas que generan este tipo de cosas".
El especialista explica que el foco de estos "juegos" son los niños y adolescentes porque, en el primer caso, son muy vulnerables e influenciables, y, en el segundo, tienen una gran fragilidad emocional y de su identidad.
"Como los adolescentes están buscando construir una identidad propia, se están abriendo al mundo y se están saliendo de la familia, están en un período especialmente vulnerables, entonces cualquier cosa con la que puedan identificarse les puede influir más de la cuenta", indica Brito.
Es lo que ocurre -dice el especialista- con la serie de Netflix, cuya protagonista, Hannah Baker, es una adolescente que puede prestarse como modelo para muchos jóvenes. "El problema es que el modelo que se les está entregando es bastante depresivo y bien dañado también (...) Es una adolescente que claramente tiene problemas, pero se le da una vuelta un tanto admirativa, como si fuera algo digno de imitar", advierte el psicólogo.
En tanto, en el caso de la "ballena azul", el objetivo de los jóvenes que lo siguen es "demostrarse a sí mismos y a los demás que son capaces de 'ser alguien' aunque sea suicidándose", según afirma Fabián Sanabria, antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia.
Por esta razón, afirma Brito, es bueno y recomendable que padres, profesores o adultos responsables conversen con preadolescentes y adolescentes sobre el "juego" -aún si es que los jóvenes todavía no han escuchado hablar sobre él- y, de paso, abordar con ellos el tema del suicidio.
"Es bueno hablar de temas peliagudos como lo es el suicidio: qué pasa con él, por qué alguien llega a tomar esa decisión, qué se puede hacer para evitar ese tipo de decisiones, y plantear el suicidio como un problema, como un indicador de que una persona está deprimida o desesperada", señala el psicólogo.
Brito añade que aunque es sabido que la adolescencia es una edad difícil para abrir estos espacios, porque los jóvenes "están en un período de retirada o de distancia", lo ideal es que los padres les planteen el tema abiertamente a sus hijos y les manifiesten su preocupación al respecto.
De lo contrario -aconseja el psicólogo-, una alternativa es entablar un diálogo de forma indirecta -por ejemplo, decirles que "al hijo de un amigo le pasó que..."- y así interesar a los adolescentes en la conversación.
"Hay que buscar maneras hábiles para que los adolescentes se abran y, finalmente, les llegue el mensaje", concluye Rodrigo Brito.
