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Blog de pareja: No solo los hombres son "pasteles", las mujeres también pueden serlo

Cristina Vásconez, Coach del Amor, llama a las féminas a tener las cosas claras sobre sí mismas antes de embarcarse en una relación.

23 de Mayo de 2017 | 11:37 | Por Cristina Vásconez
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Entró a mi consulta y ni bien se sentó, escupió la pregunta como si la llevara atragantada por mucho tiempo: "¿Puede ser que, quizá, yo misma sea un pastel?", lanzó con los ojos a punto de salirse de sus órbitas. Su estupor me llamó la atención, aunque reconocí que no era la primera vez que alguien había llegado con esa misma pregunta y con el mismo nivel de sorpresa.

Se dice del "pastel" a aquel que sistemáticamente actúa de manera equivocada, que detrás de una apariencia coherente, espanta con actos errados y sorpresivos, sin ofrecer indicios de afectarse o de arrepentirse. Su uso supuestamente chileno, se ha venido asociando al género masculino, como sinónimo de torpeza e inmadurez, principalmente en temas del corazón.

Me pregunto yo: ¿Y por qué sólo los hombres son pasteles? ¿De dónde proviene tal segmentación?

Se me ocurre que, puestas a luchar por un mayor equilibrio, las mujeres latinas nos hayamos acostumbrado a echarle la culpa de todas nuestras insatisfacciones románticas a los hombres, al mundo, a la mala suerte, o a lo que sea, antes de hacernos las simple pregunta –quizá la más obvia- ¿seré yo un pastel?

Porque si bien es cierto que más de algún ejemplar masculino ha pintado para titular de diario rosa por su nivel de desatino, ellos no son los únicos equivocados al momento de elegir, ni tampoco en encenderse antes de lo adecuado o en desconocer los procesos del juego amoroso.

Dentro de mi práctica de coaching veo el desfile de mujeres -y hombres- que repiten patrones sin cuestionarse sobre sus lados oscuros, sin hacerse preguntas que debieran ser de rigor, y tal falta las lleva a repetirse el repertorio de imprudencias y saboteos en sus idilios. ¿Le parece a usted que exagero? Lea y concluya.

A falta de un estudio serio que evalúe la salud de las relaciones de pareja, sólo nos quedan las cifras de divorcios, que a través del mundo, sugieren que la institución del matrimonio estaría atravesando tiempos complejos. A continuación, los datos que aporta el sitio de noticias Hope&Fear, con los promedios de duración y tasas de divorcios de las principales metrópolis del mundo.

De esta manera, nos enteramos que Roma (Italia) sería una de las ciudades en donde los matrimonios duran más, con 18 años en promedio y una tasa del 30,7% de divorcios. En Otawa (Canadá) y París (Francia), los vínculos durarían 13 años, con un 48% y 55% de divorcios. En Nueva York (EE.UU.), Sydney (Australia) y México, 12 años, con 41%, 43% y 15% de divorcios respectivamente. Por último, en Doha (Qatar), los matrimonios duran un promedio de 5,5 años, con una tasa del 38% de divorcios.

En Chile el panorama no es más auspicioso, ya que casi el doble de los 64.431 matrimonios efectuados en 2016, iniciaron sus procesos de separación legal, es decir, 120.273 parejas. (Registro Civil y Datos del Poder Judicial) ¿Será esta una señal que los vínculos en general están en crisis?

Más que alarmarse, mi ánimo es que las personas asuman que el costo de tanta desconexión está saliendo muy caro. Sucede que al no contar con la información básica, es imposible que se disponga de opciones de salida y soluciones a los conflictos, dejándolas sin recursos ni respuestas y con la única sensación de ser víctimas de las situaciones que padecen. ¿Víctima yo? Si usted y yo, más de una vez peregrinando con el corazón lesionado, nos hemos sentido a la deriva, sin norte y sin respuestas.

Es probable que ya sepa que, majaderamente una y otra vez, no me canso de insistir sobre lo urgente de salir del anestesiamiento crónico, para apersonarse en los temas importantes. Preguntarse de lo que usted quiere, de lo que necesita en una relación y enfrentar algunos mitos que no ayudan en nada, son la mínima tarea que debe realizar cualquier adulto con deseos de enamorarse. Indagar por ejemplo

- ¿Cuánto sé de mí? ¿Qué es lo que más atesoro y de lo que no puedo renunciar en una relación?

- ¿Me he hecho cargo de ciertos temas personales que requieren de atención?

- ¿Sé identificar lo que me sucede a mí vs. lo que le sucede a un hombre durante la conquista? ¿Cuánto sé del sexo opuesto?

- ¿Soy suficientemente coherente entre lo que declaro querer en una relación y de como actúo en ella?

- ¿Soy capaz de visualizar lo que se requiere para nutrir una relación sana?


Desde mi perspectiva, son algunas preguntas que podría usted comenzar a hacerse y si tiene las respuestas, créame que la felicito. Por el contrario, al no hallarlas le sugiero de todo corazón que se detenga y que hasta no elaborarlas, no se empareje y permanezca sola. Es muy peligroso entregar el corazón sin tener un mínimo de cosas claras de una misma.

Parto con felicitarla por leer esta columna, ya que mucho más preocupante son las cientos de miles de personas que pasan de largo, que frente a cualquier quiebre amoroso prefieren seguir echándole la culpa a "los mismos pasteles" o se zambullen en la primera feria de zapatos ahogando su dolor con consumo. Sin duda, son las candidatas a engrosar las cifras de los nuevos fracasos matrimoniales.

Si hasta ahora, e incluso sin saberlo, usted también ha calzado en el calificativo del "pastel", ajena a la repercusión de sus decisiones románticas cual adolescente eterna, sepa que puede desmarcarse de esa caricatura, siempre y cuando esté dispuesta a hacerse cargo, en definitiva, a crecer, a madurar.

Resulta que observar, cuestionarse y capacitarse sigue siendo el método más apropiado para avanzar en cualquier ámbito, empleado ya sea en la invención de la rueda, en la decodificación del Genoma Humano, así como también, para acercarse debidamente a un amor sano.

Como testigos de un nuevo mundo, conscientes de la importancia de asumir nuestras responsabilidades para una vida equitativa y más respetuosa, se hace urgente abordar esos lados inconclusos y acudir por la ayuda que requiere para solucionarlos, de manera tal, de no volver a esconderse detrás de ningún pretexto, sino que avanzar en pos de las respuestas que usted tiene en su interior, de lo que quiere, de lo que se merece.

No olvide que "pastelear" es el resultado de quien actúa con ignorancia, desidia y desconexión.

Por Cristina Vásconez, Coach del Amor, (www.cristinacoach.cl; cvasconez@puntopartida.cl)
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