Aerolíneas realizan pruebas con sistema de reconocimiento biométrico.
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La industria del transporte aéreo de pasajeros vive un periodo de exigente competencia para captar a sus potenciales futuros clientes. Esto ha llevado a las aerolíneas a invertir en el desarrollo de nuevos servicios que faciliten la experiencia de viaje de una persona y que, de paso, sean un elemento más que mejore la seguridad de los vuelos.
De ahí que en el último tiempo algunas aerolíneas, como Delta y JetBlue, han comenzado realizar pruebas con modernos sistemas de reconocimiento facial biométrico, facilitando el proceso de embarque de los pasajeros y aumentando los niveles de control respecto de quienes abordan una aeronave.
Con este moderno sistema de identificación, el pasajero ya no tendrá que portar la tradicional tarjeta de embarque. Una vez que haga el correspondiente check in, la persona solo tendrá que caminar hasta el avión para ubicarse en su butaca.
Durante el trayecto, el pasajero solo deberá pasar por un control automatizado de reconocimiento sin tener que estar mostrando nuevamente la documentación correspondiente.
El sistema implicará un ahorro en dinero y tiempo para las aerolíneas, más comodidad para los pasajeros y aumentar los niveles de seguridad del servicio.
Al respecto, en la agencia de viajes COCHA comentaron que aún cuando este sistema sigue en una etapa experimental “es una excelente herramienta para hacer más expeditos procesos como el abordaje del avión o la entrega de equipaje en el counter”.
Añadieron que de comenzar a aplicarse podría mejorar la relación entre las aerolíneas y sus pasajeros, la que normalmente comienza mucho antes del despegue y se extiende mucho más allá del aterrizaje.
“Muchas veces olvidamos que la relación de los pasajeros con las líneas aéreas parte desde mucho antes de subirse al avión y despegar; partiendo por los servicios que se ofrecen en tierra, ya sea en el counter, la puerta de abordaje, etc.”, explicaron en COCHA.
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En el caso de JetBlue, por ejemplo, las pruebas se realizaron durante un mes en la ruta Boston con Aruba, logrando positivos resultados.
En esta experiencia, los pasajeros solo debían detenerse por algunos segundos frente al sistema de reconocimiento facial biométrico. Identificada la persona se encendía una luz verde que la autorizaba a continuar.
Delta, por su parte, añadió al reconocimiento biométrico la autenticación de la huella digital, procedimiento que ya fue probado en el aeropuerto de Washington.
"Nos dirigimos hacia un sistema en el que en el futuro sólo el iris o el rostro serán necesarios para realizar un embarque", aseguró el jefe de operaciones de Delta, Gill West, al comentar las pruebas.