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Conoce el Null Stern Hotel, el exitoso y más extraño hospedaje de Suiza

No tiene techo, muros ni baño, pero aún así las personas están dispuestas a pagar unos 140 mil pesos para pasar la noche en él. Lo increíble es que está reservado hasta 2018.

14 de Julio de 2017 | 13:37 | Emol
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SANTIAGO.- Muchos lo califican como el hotel más raro del mundo y si no lo es, definitivamente está entre los primeros lugares. Tiene una sola habitación que no cuenta con techo, muros, ni baño y aún así las personas hacen fila para poder pasar una noche en este singular alojamiento ubicado a casi dos mil metros de altura en medio de los Alpes Suizos.

Pernoctar en este parador al aire libre cuesta cerca de 140 mil pesos chilenos (190 euros) y si destaca por algo es que ofrece una de las vistas más espectaculares que ha tenido alguna vez un hotel. Además, cuenta con un mayordomo que lleva el desayuno durante la mañana y soluciona las necesidades de los pasajeros. El único riesgo es que se ponga a llover.

Nos referimos al Null Stern Hotel (Hotel sin estrellas), un singular servicio de hospedaje creado por el empresario Daniel Charbonnier, quien explicó que el gran atractivo de Suiza es precisamente Suiza, de ahí su decisión de eliminar los muros y el techo para que sus pasajeros pidieran vivir la experiencia de disfrutar del espectacular territorio de este país.

Las comodidades no son muchas y se reducen a una cama tamaño Queen, dos veladores y sus respectivas lámparas. No tiene baño, pero si los huéspedes sienten el llamado de la naturaleza pueden ir a un sanitario público que está ubicado a 10 minutos de caminata.

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Ha tanto a llegado la popularidad de este singular alojamiento que Daniel Charbonnier ya piensa en instalar más camas al aire libre en otros escenarios naturales de Suiza.

Como era de esperar, el Null Stern Hotel solo abre durante el verano del hemisferio norte y se espera que este año esté operativo hasta fines de agosto.

Los promotores a cargo de dar a conocer las bondades de este "loco" parador son dos hermanos helvéticos, Frank y Patrik Riklin, quienes ya habían concitado la atención del público al promover otros servicios de alojamiento en lugares tan extraños como al interior de un búnker o dentro de una roca artificial.

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