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"Ken humano" hace caso omiso a las advertencias médicas y afirma que volverá a operarse

El brasileño aseguró que aunque no quiere realizarse otra rinoplastía, no tiene elección. Eso sí, afirmó que aprovechará la intervención para implantarse una nueva barbilla.

27 de Julio de 2017 | 10:06 | Emol
SANTIAGO.- Ha gastado cerca de 300 millones de pesos para someterse a más de 50 cirugías y 105 procedimientos estéticos. Sin embargo, nada parece ser suficiente para Rodrigo Alves, más conocido como el "Ken humano" por su parecido con la famosa pareja de la muñeca Barbie.

En diálogo con el británico Daily Mail, el brasileño anunció que espera realizarse su décima rinoplastía, a pesar de las advertencias de los médicos, quienes le sugirieron no hacerse más operaciones en la nariz ya que incluso podría perderla, como consecuencia de todas las intervenciones que ya se ha hecho.

"No quiero tener que realizar otra operación de nariz, pero no tengo elección. Quería lucir mejor, pero ahora no puedo respirar en absoluto. Así que es difícil lidiar con eso. Va a ser muy doloroso y arriesgado", reconoció Alves.

De hecho, el hombre de 33 años confesó que "cuando aparecí en Botched (programa de televisión estadounidense), tuvieron que subtitularme porque mi voz suena tan nasal... La gente me ataca por tener una cabeza enorme, porque mi implante de barbilla es demasiado grande".

Por lo mismo, el brasileño declaró que, aprovechando la intervención que se realizará en la nariz, se intervendrá el mentón. "Estoy esperando que llegue mi barbilla. Está hecha por encargo", manifestó.

Según reveló en su visita a Botched, Alves quiso modificar su apariencia tras ser víctima de bullying cuando era niño. Así, a los 17 años comenzó con las cirugías y no se ha detenido hasta hoy.

Además de las rinoplastías, se ha hecho liposucciones en diferentes partes del cuerpo; se ha puesto implantes en sus pectorales y abdominales; periódicamente se inyecta toxina botulínica y también se ha sometido a tratamientos con células madre, entre muchos otros procedimientos. No obstante, nada parece ser suficiente para lograr su cometido: convertirse en un príncipe de Disney.
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