Para nadie es un secreto que la mayor cantidad de turistas extranjeros que visitan Chile previenen de Argentina, de ahí que no resulta extraño que ahora las agencias de turismo de ese país estén ofreciendo llamativos programas para que los trasandinos vengan a participar de las actividades programadas con motivo de la visita del Papa Francisco.
Cuando faltan casi cuatro meses para el arribo a Santiago del cura Bergoglio, los operadores trasandinos ya comenzaron a promocionar sus paquetes para el llamado “turismo papal”, los que, dependiendo de su valor, ofrecen traslado aéreo o terrestre para participar de las actividades dispuestas con el obispo de Roma.
Según informó el vespertino La Segunda, estos programas turísticos fluctúan entre los 240 mil pesos y los 540 mil, para asistir al gran evento.
Estos paquetes de “turismo religioso” son promocionados al otro lado de la cordillera con imágenes del Papa Francisco con las postales más conocidas de Chile como el palacio de La Moneda o el Costanera Center.
No obstante, expertos llaman a los vecinos que están interesados en participar de las actividades que realizará el máximo representante de la iglesia Católica en Chile a enterarse si los programas turísticos le aseguran su presencia en dichos eventos, ya que algunas solo ofrecen traslado y alojamiento.
“Para algunos podría ser publicidad engañosa, porque las agencias muestran la imagen del papa Francisco pero venden otra cosa. Sólo están utilizando una figura importante como gancho comercial para un viaje. Y las personas ocupan la visita del Papa como pretexto para hacer un viaje de turismo. Es lo mismo que con los viajes al Vaticano, que son una excusa para ir a Roma y recorrer Europa”, explicó el subdirector de Publicidad de la Universidad Católica, Gregorio Fernández, a La Segunda.
El caso de Colombia
Por estos días el Papa Francisco se encuentra en Colombia, país donde alrededor del 70% de los planes turísticos vinculados a la visita del líder religioso fueron comprados por extranjeros.
De hecho, se estima que la visita del pontífice movilizará alrededor de 1,5 millones de personas entre las cuatro ciudades que serán escenario de las actividades papales.
Incluso, muchos aseguran que el primer milagro del obispo de Roma será resucitar la alicaída industria turística de ese país que venía a la baja durante el presente año. Un ejemplo de esa situación es la ocupación hotelera que en los primeros siete meses de 2017 cayó un 11%, tendencia que se debería revertir con el llamado “turismo papal”.