SANTIAGO.- "Puede ser decepcionante que no lo diga tan seguido, pero sin duda siento gratitud hacia ti", le escribía un marido a su esposa en un mensaje, a propósito de sus bodas de plata celebradas en 2015.
Las palabras las hizo públicas el príncipe Akishino (también conocido como Fumihito, hijo menor del emperador Akihito de Japón y segundo en la sucesión del Trono del Crisantemo), y las dedicó a la princesa Kiko, la mujer que lo ha acompañado más de un cuarto de siglo y con la que llega a Chile esta tarde para celebrar 120 años de relaciones bilaterales chileno-japonesas.
Se prevé que la pareja (ambos de 51 años) sea recibida en La Moneda por la Presidenta Michelle Bachelet y, según la prensa nipona, que se reúna con descendientes de japoneses que viven en el país. También se menciona una visita a Valparaíso y Puerto Varas, entre otras actividades, antes de finalizar su estadía en Chile los primeros días de octubre.
Así estaría configurado el paso de una de las parejas más queridas de Japón, cuya historia de amor se dio a conocer en 1989, cuando anunciaron oficialmente su compromiso en la sociedad nipona.
Tal como recordó Akishino en el saludo de sus 25 años de matrimonio, él conoció a Kiko (cuyo apellido de soltera es Kawashima) en una librería en 1985, y al año siguiente le pidió que fuera su novia.
Ella, años más tarde, estudiaba cursos de postgrado de Psicología Social en la universidad Gakushuin de Tokio -donde su padre era profesor de Economía-, en momentos en que saltaba a la fama en Japón al darse a conocer la noticia del compromiso real. Su origen plebeyo recordaba la historia de su popular suegra, la emperatriz Michiko, esposa del actual emperador Akihito.
"En ese entonces, no teníamos correo electrónico como una herramienta común de comunicación y solo teníamos teléfonos y faxes", comentó la princesa sobre cómo se las ingenió en esos años para preparar su boda programada para el 29 de junio de 1990, con su novio, quien se encontraba en ese tiempo realizando una licenciatura en Zoología en Oxford.
Ese 1990, en enero, el compromiso se había hecho oficial con el regalo de Akihito y Michiko de dos pescados, seis botellas de sake y tres rollos de seda, como indica la tradición samurái.
La hija que renunció a la nobleza por amor y el conflicto por el patriarcado imperial
Los nombres de Akishino y Kiko estuvieron en los medios de todo el mundo hace unos meses, cuando se supo que su hija mayor,
Mako, renunciaría a la familia imperial para casarse el próximo año con un antiguo compañero de la universidad, Kei Komuro. (Ambos en la siguiente foto):
Según la normativa que rige a la monarquía más antigua del mundo, las mujeres pierden su estatus real al contraer matrimonio con un plebeyo y estas, casadas o no con alguien noble, están impedidas de acceder al trono.
Este último punto ha sido un tema de fuerte debate en la sociedad nipona, que resurgió con la relación de Mako pero que viene décadas siendo discutido.
Cabe señalar que el heredero directo al Trono del Crisantemo es Naruhito (57), hermano mayor de Akishino, y se espera que sea nombrado emperador cuando su padre abandone el trono a fines de 2018, tal como ya se ha anunciado, y siendo la primera abdicación en Japón en 200 años.
Naruhito está casado con Masako (ex diplomática de 53 años), cuya depresión crónica –según medios especializados,- se agudizó cuando dio a luz a la princesa Aiko (15) y no a un varón que continuara el linaje. Asimismo, Aiko también ha sido conocida públicamente por su delicado estado de salud.
Quedaba en manos de Akishino y Kiko entonces traer un hombre que solucionara el conflicto de la sucesión imperial, pero sus dos primeras descendencias habían sido las princesas Mako (25) y Kako (22), y se había desatado una fuerte discusión entre políticos japoneses de cambiar la ley real y permitir a las mujeres acceder al trono.
El tercer hijo de la pareja, Hisahito (11 años, hoy tercero en la sucesión al trono después de su padre), llegó al mundo el 6 de septiembre de 2006, dejando el polémico tema del patriarcado pendiente, pero aumentando la popularidad de Akishino y Kiko entre los súbditos japoneses.