SANTIAGO.- El uso de placebos en el tratamiento de enfermedades funciona, incluso cuando los pacientes están al tanto de que lo que toman no tiene una acción terapéutica. Así lo determinaron científicos de las universidades de Harvard (EE.UU.) y Basel (Suiza), quienes realizaron un estudio que involucró a 160 voluntarios.
Para realizar la investigación se les pidió a los participantes que pusieran su brazo en una superficie caliente, hasta que no pudieran soportar el dolor. Luego de esto, todos los voluntarios recibieron placebos.
Los participantes fueron divididos en tres grupos. A los del primero se les dijo que habían recibido lidocaína -un analgésico tópico-, para ayudarlos con el dolor que les producía la quemadura. A los del segundo, en tanto, los alertaron de que habían recibido una crema que no tenía ninguna acción terapéutica, pero les explicaron durante 15 minutos que los placebos igual eran igualmente útiles para aliviar las molestias.
Por último, a los integrantes del tercer grupo -el de control- se les dijo que habían recibido placebos, pero no se les dio ninguna información adicional.
Finalmente, los resultados arrojaron que quienes sabían que habían sido tratados con placebos y que éstos podían ayudarlos con su dolor, experimentaron un alivio similar a quienes se les dijo que habían recibido lidocaína. El grupo de control, en tanto, tuvo que aguantar las molestias de la quemadura.
"La suposición de que los placebos solo funcionan cuando se administran bajo engaño, debe ser reconsiderada", sostuvo Cosina Locher, autora principal del estudio y miembro de la facultad de Psicología de la Universidad de Basel.
"La administración abierta de placebos ofrece nuevas posibilidades para utilizar el efecto de estos de una manera éticamente justificable", agregó Jens Gaab, co autor del estudio y jefe de la división de Psicología Clínica y Psicoterapia del centro de estudios suizo.
Esta no es la primera vez que científicos afirman que los placebos pueden ayudar a los pacientes a sentirse mejor. En 2010, la Universidad de Harvard y el Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, probaron el efecto que ellos tenían en personas que sufrían en síndrome de colon irritable. Y se sorprendieron al constatar que muchos de los voluntarios aseguraron que sí los habían ayudado, aún sabiendo que tomaban píldoras sin ningún efecto terapéutico.
En tanto, el año pasado, el biólogo Erik Vance aseguró en su libro "Suggestible You: The Curious Science of Your Brain’s ability to Deceive, Transform and Heal" ("Sugestionable: La curiosa ciencia de la habilidad del cerebro para engañar, transformar y curar"), que los placebos sí son efectivos para que las personas se sientan mejor, ya que quienes los usan están seguros de que así será.