"Nada de esto es verdad", declaró en 2015 Belle Gibson a los medios australianos.
Pantallazo news.com.au
SANTIAGO.- "No quiero el perdón (…) Por encima de todo, me gustaría que la gente dijese: ‘Ok, ella es humana’". Así explicaba sus sentimientos en abril de 2015 Belle Gibson, tras confesar que por años había mentido a miles de personas, diciéndoles que tenía un cáncer terminal.
Gibson es una australiana que tenía entonces 26 años y 200 mil seguidores en redes sociales, a quienes les dijo que había sido diagnosticada con la enfermedad y que le quedaban pocos meses de vida, cuando supuestamente, decidió abandonar el tratamiento médico que seguía y probar con terapia de oxígeno, medicina ayurvédica y una dieta sin gluten ni azúcar refinada.
Según aseguró en ese tiempo, se había sanado, y así acaparó a miles de interesados que querían conocer su secreto para vencer el cáncer. Los datos los divulgó a través de su libro “The Whole Pantry”, publicado en Australia, y mediante su app para smartphones y las charlas que comenzó a hacer por todo el país.
Así comenzó a acumular cientos de miles de dólares australianos que, según la mujer, serían destinados a fundaciones, pero eso no ocurrió.
“Nada de esto es verdad”,
declaró a la revista The Australia Women’s Weekly, presionada tras la investigación de la prensa australiana que había contactado a viejos conocidos de Gibson y la habían descrito como una mujer solitaria, sin familia cercana ni amigos, y asidua a inventar historias llenas de detalles.
Según confesaría luego, ni su edad, ni la enfermedad, ni su milagrosa terapia de vida sana eran reales. Paralelamente, sus perfiles de redes sociales desaparecerían, al igual que su libro y su app.
Dos años han pasado desde que se reveló la verdad. Y esta semana, medios locales informaron que una jueza de Melbourne, Debra Mortimer, dictaminó que Gibson deberá pagar una multa de 400 mil dólares australianos (unos $205 millones de pesos chilenos) por mentir acerca del destino que tendría el dinero reunido a través de la venta de sus productos.
Según Mortimer, Gibson fue “descarada” en su forma de faltar a la verdad y su ausencia en las citaciones a las que fue requerida en tribunales demostraba que no asumía ninguna responsabilidad por los hechos.