SANTIAGO.- El "boca a boca" del consumo de placenta por parte de las mujeres después de dar a luz, se ha transformado en tendencia durante los últimos años. A pesar de que no existen evidencias científicas de que la denominada placentofagia tiene beneficios para las madres, son muchas las que optan por ingerir el órgano en forma de batidos, preparaciones o píldoras.
Ante esta realidad, el Ministerio de Salud decidió regular la entrega de la placenta a las madres tras el parto, a través de una modificación legal que permite que no sea considerada un desecho biológico, y por medio de una norma técnica se reguló las condiciones que se requieren para solicitar, preservar y entregar este órgano tras el parto.
"La normativa consideraba la placenta como un residuo, que luego del parto pasaba a ser un desecho biológico, y como tal, los centros de salud estaban obligados a aplicar el tratamiento de estos y eliminarla (...) En la práctica, el hecho de entregar la placenta era ilegal", explicó al
diario El Mercurio Yamileth Granizo, del Departamento de ciclo Vital del Minsal.
Sin embargo, con la modificación que ya entró en vigencia, ahora las madres pueden solicitar la placenta, y los recintos asistenciales tienen claridad sobre cómo hacer frente a dicha solicitud.
Son muchas las famosas, tanto chilenas como extranjeras, que han reconocido abiertamente haber ingerido su placenta tras dar a luz a sus hijos. No obstante, hay especialistas que han llegado a afirmar que la práctica "bordea el canibalismo".
"Dado que la placenta es genéticamente parte del recién nacido, comérsela bordea el canibalismo", sostuvo en octubre pasado Alex Farr, doctor de la Universidad Médica de Viena.
El médico agregó que el órgano también puede contener metales pesados que, al ser consumidos, pueden causar dolores de cabeza, convulsiones e incluso la muerte.