En 2016 llegaron a la isla caribeña 112 mil turistas a bordo de estas embarcaciones.
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LA HABANA.- Las compañías de cruceros estadounidenses están interesadas en mantener operativas las líneas con destino a Cuba a pesar de las tensiones existentes entre la isla caribeña y Estados Unidos, afirmó un alto ejecutivo y vocero del sector.
"La industria de los cruceros apoya que Cuba se mantenga abierta como destino", afirmó a la prensa Frank Del Río, consejero delegado de la estadounidense Norwegian Cruise Line.
Los directivos de las principales líneas de cruceros del mundo participan en La Habana, este martes y miércoles, en el simposio "Cruise Industry", junto a varios ministros cubanos como el de Turismo y el de Comercio Exterior.
"De los 500 destinos de nuestra compañía, La Habana es el número uno en satisfacción de los clientes, creo que es una muestra de lo que Cuba tiene para ofrecer", dijo Del Río durante un descanso de la reunión organizada por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (Clia, por sus siglas en inglés).
El boom turístico que vive la isla en los últimos años también ha sido favorecido por la industria de los cruceros. De los más de cuatro millones de turistas que llegaron a Cuba durante 2016, 112.000 arribaron a bordo de esas embarcaciones.
El deshielo con Cuba que impulsó Barack Obama a fines de 2014 significó un auge de los visitantes estadounidenses a la isla. En 2016, el número de turistas de ese país aumentó 34% respecto al año anterior y en el primer semestre de 2017 se igualó el número de viajeros del año precedente.
No obstante, la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump significó un freno en los avances de las relaciones bilaterales y el republicano aprobó medidas para dificultar los viajes de estadounidenses a la isla. El turismo a Cuba sigue prohibido, pero Trump endureció los requisitos que había flexibilizado Obama para los visitantes que ahora solo pueden viajar dentro de 12 categorías, entre ellas motivos familiares, educativos o religiosos.
Otra de las medidas de Trump fue prohibir a compañías estadounidenses hacer negocios con empresas cubanas que son gestionadas por militares. En la lista de casi 180 empresas vetadas, la mayoría son del sector turístico, estratégico para la economía cubana.
"Antes de las regulaciones los barcos estaban llenos y ahora continúan llenos. Vemos un impacto mínimo en nuestros negocios a causa de las nuevas regulaciones", señaló el empresario Del Río.
Dentro de la política de deshielo que impulsó el entonces presidente Obama, el Gobierno de Estados Unidos aprobó realizar los viajes de cruceros a Cuba. El hielo lo rompió en mayo de 2016 el barco Adonia de Fathom, filial de la empresa estadounidense Carnival, que levó anclas desde el puerto de Miami y arribó a La Habana con unos 700 pasajeros a bordo.
El viaje fue histórico porque significó el primer crucero que recorrió la ruta entre Estados Unidos y Cuba en medio siglo, dejando atrás una página de la guerra fría. "Si hicimos la paz con Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial y hoy hacemos negocios con China, con Rusia. Cuba merece algo mejor que eso", cuestionó Del Río respecto a la política de mano dura que defiende Trump hacia el Gobierno cubano.