SANTIAGO.- Una
muy mala noticia recibieron
Tom Evans y Kate James, los padres del
pequeño Alfie de 23 meses, quien padece una enfermedad neurodegenerativa que los médicos no han podido identificar y
que lo mantiene conectado a ventilación mecánica desde diciembre de 2016. Según se conoció hoy,
la Corte Europea de Derechos Humanos rechazó una segunda apelación de la pareja para evitar que su hijo sea desconectado de las máquinas que lo mantienen con vida, como lo ordenó el Tribunal Superior británico.
Tom y Kate presentaron la petición el viernes, con el objetivo de que el tribunal con sede en Estrasburgo les
permitiera llevar a su hijo al Vaticano, donde sería admitido en el Hospital Pediátrico Niño Jesús. Sin embargo,
la Corte determinó que la solicitud era "inadmisible", aunque no especificó la razón.
La decisión significa que sigue en pie la sentencia del Tribunal Supremo británico, que ordena
retirarle al niño la ventilación mecánica que lo mantiene con vida.
El caso de Alfie ha sido comparado con el del pequeño Charlie Gard, quien falleció el 28 de julio de 2017 luego de que la Justicia británica ordenara su desconexión. El niño de casi 9 meses padecía una condición genética conocida como Síndrome de Agotamiento Mitocondrial, que hacía que sus órganos y músculos se debilitaran progresivamente.
Tal como ocurrió con Charlie, l
os médicos que atienden a Alfie consideran que su enfermedad es irreversible, por lo que mantenerlo con vida artificialmente, sería "cruel, injusto e inhumano".
Sin embargo,
sus padres no han querido darse por vencidos y han agotado todas las instancias judiciales para evitar que su hijo muera. La semana pasada también
se reunieron con el Papa Francisco, a quien le pidieron que intercediera por la vida de Alfie.
En tanto,
el hospital Alder Hey donde está internado el niño,
ya tiene un plan para poner fin al tratamiento del niño y acabar con su vida. No obstante, lo han mantenido en reserva para preservar la privacidad de la familia.