SANTIAGO.-
Quinientos niños chilenos son diagnosticados con cáncer al año, siendo esta la
primera causa de mortalidad en menores entre 5 y 15 años.
Enfrentar esta patología es un
proceso doloroso tanto para la familia como para
los pequeños que, rodeados de médicos, inyecciones y sueros, muchas veces
terminan olvidando lo que realmente son: niños.
Conmovidos ante esta problemática, la
Fundación Vivir + Feliz desarrolló un proyecto para llevar las
risas, el arte, la música, el teatro y los juegos de vuelta a todos esos
pequeños pacientes que se enfrentan al
miedo del cáncer y que en muchas ocasiones han perdido las esperanzas.
TROI: Un lugar para sanar jugando
En 2014 se creó el Centro de Trasplante y Oncología Infantil (TROI), el cual se dedica a la atención de los niños con cáncer a través de tratamientos ambulatorios como exámenes de sangre, consultas médicas y quimioterapia ambulatoria.
Ubicado en la calle Humberto Bianchi, en Providencia, TROI fue donado por la Fundación Vivir + Feliz al Hospital Luis Calvo Mackenna, y en él se llevan a cabo terapias complementarias para sanar a los niños con herramientas lúdicas y entretenidas que los hagan olvidar por un momento su enfermedad. Estas son la musicoterapia, risoterapia, arteterapia y juegoterapia y teatroterapia.
"La expresión a través de los colores, dibujos y juegos ayuda a ponerle nombre a lo que les sucede a los niños y genera mayor resiliencia para tolerarlo", dice Mónica López, psicóloga y miembro del directorio de la Fundación Vivir + Feliz, y agrega que "la risa genera confianza y aleja el miedo, lo cual ayuda a los niños y sus familias a mantener la esperanza, sumar fuerzas y enfrentar el dolor con una actitud más positiva".
La doctora Soledad Lopetegui, especialista a cargo del área de medicina integrativa del Hospital Calvo Mackenna, explica que las terapias complementarias "armonizan a los niños" y "disminuyen la tensión, la ansiedad y el miedo, conectándose con algo más lúdico y alegre".
"En la musicoterapia trabajas con música e instrumentos. Entonces un niño que está inhibido, que no habla, que no se logra comunicar, ellos logran que él sí se comunique y se logre conectar con el exterior a través de la música", dice la especialista. En tanto, "el arteterapeuta a través del arte trabaja la ansiedad (...) Tú vas sanando, vas reparando y el niño ve reflejado en el arte lo que a él le pasa. Es una manera de poderlo sanar".
Anualmente se atienden en TROI alrededor de 600 niños entre los 0 a los 15 años, de los cuales un 75% logra recuperarse del cáncer. Además, actualmente entran entre 100 y 120 pacientes nuevos.
Ante la respuesta positiva de los niños y sus familias, TROI busca ahora abrir un nuevo centro en Temuco, en el Hospital Henríquez Aravena. Por esto han iniciado una nueva campaña titulada #AyudaCantando, a través de la cual las personas deben ingresar al sitio web de la fundación, grabarse a sí mismas cantando canciones del grupo infantil Mazapán y luego subir el video a redes sociales para difundir la causa.