SANTIAGO.- Un nuevo caso de
muerte de un animal marino causado por la contaminación de los océanos ocurrió en Tailandia. Esta vez se trata de una
ballena piloto que falleció producto de
una obstrucción intestinal causada por la ingesta de 80 bolsas plásticas.
El cetáceo fue rescatado a comienzos de la semana pasada, cuando fue avistado
flotando inerte e incapaz de nadar en el canal de Songhkla. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por salvarlo,
el viernes el animal murió.
Lo más impactante es que
antes de dar su último respiro, la ballena sufrió vómitos y convulsiones, que la hicieron expulsar cinco bolsas de plástico por su boca.
Biólogos marinos hicieron lo posible por salvar al cetáceo. Crédito: EFE Pero
los desechos que acumuló en su estómago eran aún más, según reveló la autopsia a la que fue sometido su cuerpo, y cuyos resultados fueron informador por el departamento de Recursos Costeros y Marinos.
El caso de la ballena piloto recuerda a la de
un cachalote que pereció en la costa española en febrero pasado. La autopsia a la que fue sometido el cadáver del cetáceo reveló que este había
fallecido producto de una peritonitis, tras ingerir 29 kilos de residuos plásticos como bolsas de basura, sacos de rafia, trozos de redes, cabos e incluso un bidón.
De acuerdo a datos de Greenpeace,
ocho millones de toneladas de basura van a parar todos los años a los océanos. Entre los desechos figuras
billones de bolsas y fragmentos de plástico, entre ellos las populares bombillas o pajitas, que los activistas del medio ambiente han convertido en un
símbolo mundial del usar y tirar con gravísimas consecuencias ecológicas.
Ochenta bolsas plásticas fueron sacadas del estómago del animal. Crédito: AFP