SANTIAGO.- Con el fin de
derribar los estereotipos de género a través de la
instalación de talleres de tejido para hombres, mujeres y niños en
escuelas portuguesas, el chileno
Ricardo Higuera creó el proyecto
"Vamos tricotar" ("Vamos a tejer"), gracias al que se convirtió en
ganador de la tercera edición del certamen
"Beyond Creative", organizado por la
Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa y la
Embajada de Estados Unidos en
Portugal.
La iniciativa de Ricardo, quien es miembro del colectivo nacional
"Hombres Tejedores", fue
elegida entre 14 proyectos que participaron por un
premio de 700 euros (517 mil pesos aproximadamente), destinados para implementar el programa.
"He vivido en Lisboa durante un año y
me ha sorprendido el nivel de intervención que se debe hacer para acabar con estereotipos de género en la sociedad portuguesa (...) Me he dado cuenta de que es una sociedad que
sigue siendo muy conservadora, hay
mucho machismo y el tejido es aquí propiedad de las abuelas. Es un terreno de las mujeres mayores ", dice a
Emol el periodista chileno desde
Portugal, quien se trasladó al país europeo para estudiar un Magíster en
Cultura y Comunicación en la Universidad de Lisboa.
Soy hombre y quiero aprender a tejer
Ricardo tenía 15 años cuando tomó un palillo de tejer por primera vez. Su madre intentó enseñarle, pero fue un fracaso. "No logré entender el tejido, el movimiento, cómo se hacían los puntos y lo dejé de lado", recuerda el chileno a la vez que dice que para su mamá fue un "tema" el enseñarle a su hijo una actividad "considerada para mujeres".
"Muchas mamás nos han dicho que en algún minuto alguno de sus hijos les había pedido aprender a tejer y para ellas era complicado. Se van repitiendo patrones como lo que me pasó a mí, que mi mamá a pesar de que me enseñó a tejer, yo siento que para ella fue un tema el '¿cómo le enseño a mi hijo hombre una actividad considerada femenina?'. Hubo un quiebre en el que tuvo que pensar la situación", relata Higuera.
El interés del chileno por el tejido volvió en el
verano de 2016,
cuando se incorporó a unos
talleres realizados en Espacio Nimiku, en
Ñuñoa, llamándole la atención que las
clases de tejido estaban dirigidas
solo para hombres.
"Lentamente fueron apareciendo otros hombres a través de las redes sociales -y que también tejían, muchos de ellos, escondidos de sus familias- lo que derivó en el inicio de una historia que pronto cumple dos años: Hombres Tejedores, un proyecto que se ha ido expandiendo, como una trama, hacia espacios y latitudes que nunca imaginamos", rememora el chileno de 38 años.
Hombres Tejedores nace en junio de 2016, en el contexto del Día Internacional del Tejido Al Aire Libre, con el objetivo de deconstruir los estereotipos de géneros asociados a actividades, y en este caso al tejido. Sus líneas de trabajo son "talleres de tejido para hombres, encuentros mensuales de tejido al aire libre, charlas, seminarios, festivales y otras actividades donde haya instancias de interés en reflexionar sobre la importancia de tejer una nueva sociedad".
Entretejiendo lazos en Portugal
Ricardo llegó a vivir a Lisboa a finales de mayo de 2017. En la capital portuguesa ha estado formando lazos con diferentes organizaciones del país europeo, para habilitar espacios de tejido, expandiendo los horizontes de la comunidad de Hombres Tejedores hasta el Viejo Continente.
El chileno ha estado realizando charlas y encuentros entre hombres en ciudades como Madrid, Berlín y Colonia. Tras el triunfo de su proyecto "Vamos tricotar" ("Vamos a tejer"), Higuera pretende llevar estos talleres hasta las salas de clases y escuelas portuguesas. "Ya estamos incorporando algunos cambios para involucrar a niñas y niños de una manera más lúdica, sin perder el sentido que implica crear estos encuentros de tejido para familias y comunidades educativas", señala.
"Al declarar que estamos luchando por una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad, desde el tejido hecho por hombres estamos extendiendo una invitación a revisar nuestra vida y ver qué tan presos estamos del miedo, la inseguridad, de ese machismo anquilosado en la sociedad (...) Hoy, cada vez más hombres están sumándose a este tejido colectivo, principalmente porque no se trata sólo de fibras, colores y puntos, sino de ser capaces de entramar un mundo nuevo, lejos de prejuicios y estereotipos de género que nada aportan en nuestra relación con otros y otras, porque, en los tiempos que estamos viviendo, urge que así sea", dice Ricardo.