SANTIAGO.- Quizá era uno de los
regalos de boda más esperados en el matrimonio entre el
príncipe Harry y Meghan Markle. Y es que la
reina Isabel II definitivamente cumplió con las expectativas y
le regaló a los nuevos Duques de Sussex una de sus propiedades vacacionales: una
casa de campo en el pueblo de Sandringham, al norte del condado inglés de
Norfolk.
La vivienda se trata de una
casa típica de York al estilo inglés y que en su momento perteneció al
Rey Eduardo VII, quien se la otorgó al
Rey Jorge V en 1893. El terreno tiene un total de
32 kilómetros cuadrados y desde hace años el lugar funciona como
residencia vacacional para la reina.
El
pueblo de Sandringham además tiene un significado especial para el príncipe Harry, ya que fue allí donde
nació su madre, la fallecida Diana de Gales.
La nueva propiedad de los Duques de Sussex recibe el curioso nombre de
The Bachelor's Cottage (La casa del soltero en español) y posee un
aspecto rústico y decoración que entremezcla la antigüedad con la modernización del siglo XXI.
La casa de campo en Sandringham podría ser un recinto en que los
nuevos novios se retirarán para descansar, ya que los duques mantendrán su residencia en
Nottingham Cottage, dentro del Palacio de Kensington.
En el mismo pueblo de Sandringham se encuentra
Anmer Hall,
residencia que
la reina le regaló al príncipe William cuando contrajo matrimonio con
Kate Middleton en el año
2011 y donde los duques de Cambridge vivieron antes de instalarse definitivamente al Palacio de Kensington.
Crédito: Captura / Daily Mail